La COP30 acelera el Acuerdo de París en medio de protestas y sin compromisos sobre combustibles fósiles

Los países acuerdan acelerar la implementación del Acuerdo de París pero sin un compromiso claro de abandonar los combustibles fósiles
La COP30 concluyó con la adopción del documento Global Mutirão: Uniendo a la humanidad en una movilización global contra el cambio climático, un acuerdo que amplía la financiación climática y acelera la implementación del Acuerdo de París, pero que evita fijar compromisos concretos para abandonar los combustibles fósiles. La ausencia de este punto, clave para cumplir el límite de 1,5 °C, provocó protestas abiertas de varias delegaciones y obligó a la presidencia brasileña a suspender temporalmente el plenario.
El texto fue aprobado tras una noche de negociaciones que concluyó a las ocho de la mañana del sábado. Para el secretario general de la ONU, António Guterres, el acuerdo demuestra que “las naciones aún pueden unirse para afrontar desafíos que ningún país puede resolver solo”. Sin embargo, advirtió que “no puedo pretender que la COP30 haya logrado todo lo necesario”, subrayando que el calentamiento global ya ha alcanzado niveles que hacen “prácticamente imposible” no superar temporalmente el límite de 1,5 °C.
Un paquete financiero ambicioso, sin transición energética clara
El acuerdo establece la movilización de 1,3 billones de dólares anuales para 2035 destinados a acción climática, con los países desarrollados liderando el esfuerzo. También prevé triplicar el financiamiento para la adaptación y pone en marcha el fondo de pérdidas y daños, cuyos ciclos de reposición quedan confirmados.
Las Partes lanzaron dos nuevas iniciativas: El Acelerador de Implementación Global, destinado a cerrar la brecha entre compromisos y acción real. La Misión de Belém para 1,5 °C, orientada a fortalecer la ambición climática y apoyar la adaptación.
Por primera vez en una COP, el acuerdo reconoce la necesidad de frenar la desinformación climática mediante un compromiso para “promover la integridad de la información” y contrarrestar narrativas falsas.
Pero el texto evita toda referencia directa a un calendario o mecanismos para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Países como Colombia, la Unión Europea, Panamá o Suiza reclamaron sin éxito que el documento incorporara medidas concretas: la oposición firme de grandes productores de petróleo, como Arabia Saudí, bloqueó toda mención operativa.
Tensiones abiertas y protestas diplomáticas
Lo que ONU Noticias describe como un avance en cooperación global se vivió en Belém con momentos de fuerte tensión. Tras anunciarse el acuerdo, varias delegaciones levantaron sus banderas para objetar el proceso, que consideraron poco dialogante. La presidencia no detectó inicialmente las protestas.
“Lo siento. No he visto las banderas”, declaró el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, antes de suspender el plenario y abrir una ronda de consultas a puerta cerrada.
La ministra de Ambiente de Colombia, Irene Vélez-Torres, expresó con dureza su rechazo a un acuerdo que considera insuficiente: “Colombia no aceptará un texto que niega la ciencia, impide el cumplimiento del objetivo de 1,5 °C y le da la espalda a los pueblos y a la vida”.
A pesar de las objeciones, el documento fue finalmente adoptado por 194 países, presentado como un logro del multilateralismo en un contexto de fractura geopolítica.
Planes paralelos: transición justa y lucha contra la deforestación
Al margen del acuerdo final, Brasil impulsó dos iniciativas paralelas que recibieron un respaldo significativo, aunque fueron excluidas del texto de la COP30: Un plan para la transición hacia una economía sin combustibles fósiles, apoyado por 90 países. Un plan contra la deforestación, también respaldado por 90 Estados, en una cumbre celebrada por primera vez en plena Amazonia.
La primera conferencia de alto nivel se celebrará en abril en Colombia y se centrará en la reducción del uso de combustibles fósiles, integrando gobiernos, industria, ciencia y sociedad civil.
Brasil anunció además la creación del Fondo Bosques Tropicales Para Siempre, orientado a financiar la conservación de los pulmones verdes del planeta.
Transición justa y derechos laborales
Uno de los acuerdos más valorados por la sociedad civil es la creación de un Mecanismo para una Transición Justa, diseñado para garantizar que el proceso de descarbonización protege los derechos de toda la población, con especial atención a trabajadores, mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes. Un aspecto de enorme relevancia para organizaciones comprometidas con el trabajo decente y la justicia social.
Entre el avance y la insuficiencia
Para la ONU, el acuerdo representa una señal de que el multilateralismo sigue vivo. Para varios países y numerosos movimientos sociales, supone una oportunidad perdida para fijar el fin de los combustibles fósiles, la principal fuente de emisiones que impulsa la crisis climática.
Guterres sintetizó esta tensión con una advertencia final: “La COP30 ha terminado, pero el trabajo no”.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)



