El Vaticano en la COP30 pide un cambio de rumbo y medidas concretas para la transición ecológica

El Vaticano en la COP30 pide un cambio de rumbo y medidas concretas para la transición ecológica
FOTO | Rafa Neddermeyer
“Es necesario dar una señal concreta de esperanza. Que esta COP sea un punto de inflexión y exprese una voluntad política clara y tangible”, ha expresado el nuncio apostólico en Brasil, Giambattista Diquattro

La Santa Sede ha llegado a la Cumbre del Clima de la ONU (COP30) que se celebra en Belém, Brasil, con un mensaje nítido: es urgente cambiar de rumbo frente a la crisis climática y pasar de las palabras a los hechos. Así lo ha expresado el nuncio apostólico en Brasil, Giambattista Diquattro, jefe adjunto de la delegación vaticana encabezada por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, quien representa al papa León XIV en esta cita que reúne del 10 al 21 de noviembre a líderes de todo el mundo.

“Hemos llegado a la COP30 y más que nunca es necesario reflexionar sobre un cambio de rumbo en lo que respecta al clima”, ha afirmado Diquattro según informa el periodista Silvonei Protz en Vatican News. Recordando las palabras del papa Francisco en la COP28, ha subrayado que se necesita “un cambio de paso que no sea una modificación parcial de la ruta, sino una manera nueva de caminar juntos”.

El nuncio ha llamado a que esta conferencia sea “un punto de inflexión” y que los compromisos adoptados se traduzcan en “una voluntad política clara y tangible” que permita acelerar la transición ecológica mediante políticas “eficientes, vinculantes y fácilmente verificables”. En su opinión, la acción debe concentrarse en cuatro ámbitos esenciales: eficiencia energética, energías renovables, eliminación de los combustibles fósiles y educación para estilos de vida menos dependientes de ellos.

Educación, justicia y finanzas: las prioridades vaticanas

La delegación de la Santa Sede, compuesta por diez miembros, centra su contribución en varios ejes estratégicos. El primero, la educación en ecología integral, considerada decisiva para afrontar la crisis climática y para inspirar una transformación cultural y social. Según ha recordado Diquattro, muchos países están incluyendo esta dimensión educativa en sus compromisos nacionales (NDC) de cara a 2035, lo que exige un seguimiento atento de su evolución.

Otro punto clave es la aplicación coherente del Global Stocktake (GST), el mecanismo de evaluación adoptado en la COP28, y la reducción efectiva de la dependencia de los combustibles fósiles. Para el Vaticano, la educación debe ser “un pilar esencial para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París” en la nueva fase de revisión.

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También ocupa un lugar destacado la reforma de la arquitectura financiera global, en conexión con la financiación climática. La Santa Sede recuerda la relación entre deuda externa y deuda ecológica, una vinculación ya mencionada en la bula jubilar Spes non confundit, que invita a reconsiderar la justicia estructural de los mecanismos internacionales

FOTO | El nuncio apostólico de Brasil, Giambattista Diquattro, junto con el periodista Silvonei Protz

Transición justa y enfoque de género

Entre las cuestiones sociales, el Vaticano insiste en la importancia de una “transición justa” (Just Transition) que integre las dimensiones económicas, sociales y ambientales, poniendo en el centro a las comunidades más vulnerables. La educación transformadora es la clave de este proceso, según el nuncio brasileiro.

El debate sobre el Plan de Acción de Género (Gender Action Plan) será, además, una oportunidad para denunciar “el peso desproporcionado que el cambio climático ejerce sobre las mujeres” y para promover su participación activa en la implementación del Acuerdo de París.

La Amazonía, símbolo y prioridad

La delegación vaticana sigue con especial atención los debates sobre la protección de la Amazonía, la agricultura sostenible, la seguridad alimentaria, así como los mecanismos relativos a Loss and Damage, Global Adaptation Goal y Climate Resilience Framework.

Belém, corazón de la Amazonía, se convierte así en un escenario cargado de significado: un territorio herido por la deforestación y las desigualdades, pero también símbolo de esperanza y de un posible renacimiento ecológico.

Diquattro destaca que “esta COP debe ser una señal concreta de esperanza”, un llamamiento que el Vaticano formula no solo a los gobiernos, sino también a la conciencia global. Un recordatorio de que la casa común necesita acciones decididas, justas y verificables, para que la transición ecológica no deje a nadie atrás.