El informe España de la Cátedra Martín Patino defiende más ciencia, más democracia y más Europa

El informe España de la Cátedra Martín Patino defiende más ciencia, más democracia y más Europa
La Cátedra Martín Patino de la Cultura del Encuentro ha publicado la 32ª edición de su Informe España, en el que analiza las transformaciones económicas, sociales y culturas que definen la escena pública de nuestro país, marcada por la polarización y la personalización radical.

La presentación del análisis anual que viene haciendo este ámbito de la Universidad de Comillas creado en memoria del jesuita Martín Patino, secretario del obispo Tarancón, confirmó «el desasosiego» y «la incertidumbre» que marcan el ánimo de la sociedad actual y en especial de las generaciones que se enfrentan a la precariedad laboral y la emergencia habitacional.

En 2025, hablar de «cambio de época» ha dejado de ser una metáfora explicativa para convertirse en una realidad que toma forma en la aceleración tecnológica, las tensiones geopolíticas y la desconfianza en las instituciones.

En este contexto, surgen la tentación del autoritarismo, el sueño de la homogeneización social excluyente, el repliegue individualista, incluso de una espiritualidad privativa y, al cabo, una polarización afectiva y social que corroe los cimientos de la convivencia y los fundamentos de la democracia.

Una esperanza razonable

El director del área de estudios de la Universidad Pontificia Comillas, Agustín Blanco, durante la presentación del informe, ha defendido «la resonancia y responsabilidad que nos propone Hartmut Rosa, fruto del diálogo honesto y abierto a una realidad compleja y plural», pero también «el cuidado y el compromiso con lo común y lo cotidiano», como base sobre la que construir «una esperanza razonable y posible para el mundo de hoy sobre todo, para el mundo del mañana».

La mesa redonda, moderada por Sandra Várez González, de la Fundación Pablo VI, quiso abordar específicamente la crisis democrática, los cambios demográficos y el quiebre de confianza de las generaciones que acceden a la vida adulta.

El catedrático de Ciencia Política y exministro de Universidades entre 2021 y 2023, Joan Subirats, ha reclamado más democracia, más ciencia y más Europa, para salir de las encrucijadas históricas que ha traído este cambio de época que, a diferencia de los anteriores, se combina con una aceleración nunca vista.

La democracia, al menos, tras la experiencia de las dos guerras mundiales del siglo XX, no solo se configuró como un sistema para «seleccionar a los gobernantes» a través del “voto cada cuatro o cinco años”, sino también como instrumento colectivo para “atemperar y corregir las grandes desigualdades”.

Religitimar la democracia

De hecho, ha recordado, Subirats que la Constitución Española, como la italiana o la Ley Bonn de Alemania, recoge expresamente la obligación de los poderes públicos de “remover los obstáculos que impidan o dificulten” la libertad y la igualdad, que es fundamental para su legitimación.

Para que la democracia no sea una «excepción histórica», incluso un producto exclusivamente eurocéntrico, hace falta, en su opinión, también el diálogo y encuentro entre la ciencia, la ciudadanía y la política, precisamente ahora que “nunca hemos tenido más ciencia y conocimiento».

Para lograrlo, ha propuesto «traducción» del conocimiento, el respeto a los «tiempos» de cada dimensión y la «transacción» entre todos los implicados, para que quienes se van a ver afectados por decisiones políticas participen y se impliquen en la definición del diagnóstico y en el diseño de las soluciones.

Herederos y desheredados

En muchas personas jóvenes que tratan de abrirse paso en la actualidad cunde “el desánimo y la desesperanza”, ha señalado, Daniel Sorando, profesor en la Universidad de Zaragoza, especialista en segregación, vivienda y desigualdad urbana.

Su recelo y desapego hacia las instituciones democráticas se explica, en parte, por «el proceso progresivo de individualización» que arranca de la década de los años 70 del siglo pasado, en paralelo a la retirada de «las mallas de seguridad» que antes facilitaban el paso a la vida adulta.

Así, ha descrito, estas generaciones «han sido llevadas a un contexto de competencia feroz, sin recursos para poder triunfar en todos los casos y expuestas a redes sociales en un ámbito de desigualdad que les generan una sensación de no estar haciéndolo bien».

De hecho, ha advertido que «el origen familiar vuelve a ser el destino», por lo que la desigualdad sigue atravesada por las diferencias de clase, agravada por el acaparamiento de la vivienda como un activo patrimonial que divide a la población entre «herederos y desheredados».

La «trampa del alquiler privado», dado que la política de vivienda en España no es existe, amenaza con atrapar a las nuevas generaciones, lo que, lejos de constituir «un problema solo de la juventud», ha destacado, «se trata de un riesgo para toda la sociedad».

Por su parte, el profesor titular de filosofía política, Agustín José Menéndez, ha abordado la crisis demográfica de la UE y futuro del Estado democrático y de derecho, ante la emergencia del «discurso securitarista» que aumenta imparablemente tras la guerra contra el terrorismo y la crisis de los refugiados.

Europa encerrada en su paradoja

En su opinión, Europa está atrapada en «la paradoja» del envejecimiento de la población y la necesidad de las migraciones para mantener su modelo social sostenido en el crecimiento económico.

«Cuando Europa más depende del saldo demográfico positivo, los discursos y las políticas más flirtean con posiciones excluyentes», ha puntualizado este experto, que cree necesario superar tanto el modelo francés de “asimilación” de las personas migrante como la “multiculturalidad”.

Este experto ha indicado que «no hacer nada también es hacer política», por lo que se ha mostrado partidario de una nueva comprensión y gestión de la movilidad humana.

El Informe España se centra en temas que ilustran claramente el cambio de época en el que estamos inmersas todas las sociedades, pero particularmente las europeas y la española. «Está en cuestión lo que hemos alcanzado, sin lograr fortalecer los consensos necesarios para que las instituciones que hemos creado estén en condiciones de responder a los retos y desafíos», ha señalado Blanco.

Informe España. Principales conclusiones

1. Precariedad juvenil

La tasa de desempleo juvenil (15-29 años) en España ronda el 20-30%
Más del 50% de los jóvenes tienen contratos temporales, incluso tras reformas laborales.
Crece el trabajo a tiempo parcial y la rotación de contratos “indefinidos” usados como temporales.
Edad media de emancipación: 30,4 años (UE: 26,3).
Alquilar un piso completo supone el 92% del salario joven; compartir reduce al 36%.
Solo el 3,3% de las viviendas son de alquiler social (muy por debajo de países como Países Bajos: 29%).
Más del 80% de jóvenes que alquilan querrían comprar si tuvieran recursos.
Más de 3 de cada 10 jóvenes no pueden permitirse vacaciones ni afrontar gastos imprevistos.

2. Desigualdad económica

Riqueza neta hogares menores de 35 años cayó -72,6% (2002-2022); en mayores de 75 años subió +98,4%.
Renta mediana de hogares jóvenes cayó -21,7% en dos décadas, mientras que en mayores de 75 años subió +35,3%.
El 10% más rico acumula más del 56% de la riqueza.
Las herencias equivalen al 10% del PIB, reforzando la desigualdad intergeneracional.

3. Crisis demográfica

Tasa de fertilidad: sostenidamente por debajo del nivel de reemplazo desde hace décadas.
Saldo vegetativo: negativo desde 2012 (más muertes que nacimientos).
Envejecimiento: crece la tasa de dependencia (mayores de 65 años).
Migración: único factor que compensa el decrecimiento poblacional; sin flujos migratorios sostenidos, Europa perdería población y capacidad productiva.

4. Desconfianza en la democracia

Más del 70% de jóvenes (18-24) puntúan entre 1 y 4 (en escala 1-10) su confianza en partidos políticos (2021-2024).
Crece la percepción de “cancelación del futuro” y anomia social por falta de movilidad y meritocracia.
Menor confianza en vías convencionales (voto), pero aumento de acciones no convencionales: manifestaciones, boicot, activismo digital.

5. Religión

Personas sin religión: del 13,2% en 2000 al 40% en 2024; entre jóvenes, 60%.
Matrimonios religiosos: del 76% en 2000 al 19% en 2022.
Católicos practicantes: estabilizados en torno al 15-20%.
Pluralismo religioso: minorías suman el 10% (2,2 millones de musulmanes, 1,5 millones de protestantes y ortodoxos).
Tendencia emergente: hibridación religiosa/no religiosa (espiritualidad sin religión).