El círculo de silencio denuncia en Huelva el aumento de la pobreza y la exclusión, especialmente entre las personas migrantes

El círculo de silencio denuncia en Huelva el aumento de la pobreza y la exclusión, especialmente entre las personas migrantes
El círculo de silencio de Huelva denuncia que el actual modelo económico agrava la pobreza y la exclusión, especialmente entre las personas trabajadoras migrantes, y reclama situar la justicia social en el centro de las políticas públicas

Este miércoles, como viene siendo habitual cada mes, se ha realizado un nuevo círculo de silencio, convocado por diversas entidades eclesiales y sociales de Huelva, como son el Secretariado de Migraciones, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Huelva Acoge, la Asociación Latinoamericana Huelva para todos y todas, Cáritas y la Fundación Don Bosco.

En el gesto, Cáritas ha leído el manifiesto que esta vez denuncia la pobreza y la exclusión provocadas por “un modelo que genera riqueza a costa de dejar a millones de personas en situación de pobreza y exclusión social”.

El texto leído advierte de que la crisis actual “no es únicamente económica”, sino de carácter “multidimensional”, y reclama una “profunda reforma de un modelo que genera y mantiene las desigualdades”. Las entidades reunidas en el Círculo de Silencio afirmaron su compromiso de trabajar para “situar la reducción de la pobreza y las desigualdades en el centro de nuestro quehacer cotidiano”.

Según el manifiesto, las sucesivas crisis no han reducido las tasas de pobreza ni la severa ni la relativa, sino que “han agravado las desigualdades entre el segmento más rico y el segmento más pobre de la población”. El texto subraya que la falta de políticas estructurales eficaces ha permitido que se extiendan “nuevos fenómenos de exclusión social, discriminación y pérdida de derechos”.

Ante esta realidad, el Círculo pone el acento en la necesidad de reforzar las políticas públicas: “La sociedad española no se puede permitir tener a tantas personas al margen del sistema. Porque no estamos hablando de cifras, no estamos hablando de números, estamos hablando de personas”. Por ello, señala que “la inversión en políticas sociales es la mejor garantía para el progreso social y económico”.

La situación de las personas migrantes, “cada vez más sangrante”

La denuncia incluyó un apartado específico sobre migraciones, señalando que la situación de las personas migrantes es “cada vez más sangrante en nuestro país, en nuestras ciudades, en nuestros pueblos”. Las entidades recordaron que a este colectivo se le ha definido de múltiples formas, “ilegales, extranjeros, trabajadores temporales, temporeros, indocumentados”, denominaciones que reflejan “una serie de discriminaciones múltiples que los enmarcan en un sistema de vulnerabilidad: social, económico, familiar, cultural o jurídico”.

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También se alertó del cierre de fronteras y el levantamiento de muros en Europa, que “les da igual si las personas viven o mueren”, mientras millones se ven forzadas a abandonar su tierra por la guerra, la persecución o la pobreza. Frente a ello, el texto apeló a la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos… La no discriminación es la esencia de los derechos humanos”.

Aportaciones positivas y llamada a una convivencia inclusiva

Los convocantes quisieron también romper discursos negativos y recordar los efectos positivos de la migración, habitualmente ausentes en el debate público. El manifiesto destacó la contribución sociocultural, “una riqueza para todos compartir otras costumbres, aprender de las tradiciones de otros… Convivir nos engrandece como sociedad”, y la aportación económica, ya que mediante su trabajo “las personas migrantes nos ayudan a sostener nuestro sistema”.

El círculo de silencio concluyó realizado un llamamiento a reconocer que “todas tenemos derecho a buscar una vida mejor, que tenemos derecho a migrar”, y con el deseo de construir “una sociedad en la que todos podamos vivir con los mismos derechos”.