Argüello reclama “una ética de largo alcance” ante la desigualdad y la fragmentación social

El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, ha situado los desafíos sociales que atraviesa el país, destacando la “cronificación” de la pobreza, la “fragmentación social inédita” y el impacto de un modelo económico que deja atrás, especialmente, a la infancia y la juventud. El prelado ha pedido responder a esta situación con “una ética de largo alcance” centrada en la dignidad humana, la interdependencia y la construcción de vínculos sociales sólidos
En su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria, que ha comenzado hoy, Argüello ha dedicado buena parte de su intervención al IX Informe FOESSA, que califica como una herramienta clave para comprender el actual “cambio de época”.
Según ha señalado, el informe describe un modelo social marcado por la “crisis demográfica”, “la precariedad laboral como nueva normalidad”, “la vivienda como inversión que nos aleja del derecho a la vivienda”, “un modelo de desarrollo ecológicamente insostenible” y la irrupción tecnológica, hasta el punto de que “el móvil ha engullido al ser humano”.
Ha subrayado que en España “coexisten la bonanza económica y el malestar estructural”, lo que genera “incertidumbre y desconfianza social”. Ha advertido de que “la pobreza se cronifica”, afectando de manera directa a “la infancia y […] las clases medias”. Ha recordado que “un tercio de toda la exclusión severa en España corresponde a menores”, cuya tasa de pobreza alcanza el 29%, “la más alta de todos los grupos de edad”, y que 2,5 millones de jóvenes viven atrapados en una “precariedad estructural” asociada a temporalidad, parcialidad involuntaria y bajos salarios. La exclusión severa, ha añadido, se sitúa ya un 52% por encima de 2007 y afecta a 4,3 millones de personas.
Argüello ha descrito este momento como un proceso “inédito de fragmentación social”, con una clase media en retroceso y desigualdades en consolidación, y ha insistido en que la respuesta exige “una ética de largo alcance” orientada al bien común, el cuidado y la cohesión social.
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Debate reabierto en torno al aborto
El prelado también ha abordado el debate reabierto en torno al aborto. Ha afirmado que “nada justifica acabar con la vida de un ser humano en gestación” y ha señalado que esta cuestión se ha convertido en un “instrumento de distracción y polarización”. En este sentido, ha pedido prestar atención a las situaciones sociales que afrontan muchas mujeres, entre ellas la “precariedad laboral”, las “dificultades de acceso a la vivienda” y la “debilidad de políticas públicas de apoyo”.
Democracia y vida pública: la necesidad de un fundamento ético común
El presidente de la CEE ha reflexionado además sobre los desafíos actuales de la convivencia democrática. Ha señalado que la democracia necesita un “patrimonio moral aceptado pacíficamente por el conjunto de la sociedad” y ha subrayado que las personas católicas están llamadas a contribuir al bien común mediante la razón, la amistad social y una presencia pública inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia.
Además de este análisis social, Argüello ha situado su intervención en el horizonte del nuevo pontificado. Ha recordado la muerte del papa Francisco y la elección de León XIV, cuya homilía de inicio de pontificado ha compartido como un “primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión”. Según ha indicado, el Papa ha pedido que la Iglesia sea “una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad” y continúe recorriendo el camino abierto por el Concilio Vaticano II.
El “giro católico” en el espacio público
Argüello ha dedicado también un tramo de su discurso al fenómeno que algunos analistas describen como “giro católico” o “rebrote católico”, visible en la cultura contemporánea y entre la juventud. Ha mencionado desde la estética religiosa en medios internacionales hasta el debate suscitado por el disco Lux de Rosalía.
Al mismo tiempo, ha advertido de que este interés puede quedar atrapado en “modas” o “manipulaciones ideológicas”, especialmente en un contexto marcado por “la crisis de la democracia occidental”, el individualismo, el relativismo moral y la creciente “autoridad de la tecnología”.
Dignidad humana y la centralidad de los pobres
Con motivo del 1700 aniversario del Concilio de Nicea, el presidente de la CEE ha reafirmado la fe trinitaria como fundamento de la visión cristiana del ser humano y del bien común. Ha recordado que las personas cristianas confiesan “el señorío de Dios sobre toda la creación”, lo que impulsa la defensa de la vida en todas sus etapas, la acogida a las personas migrantes y el rechazo a toda explotación o violencia. Ha señalado que la Iglesia está llamada a buscar “nuevos lenguajes” para comunicar el Evangelio en el mundo actual.
El prelado también se ha referido a la exhortación apostólica Dilexi te, en la que León XIV retoma la enseñanza de que el amor de Cristo “despierta una respuesta de amor activo”. Ha destacado que “el amor saca amor” y que la cercanía a los pobres es parte esencial del camino cristiano.
Ha recordado que la pobreza no es solo material, sino también espiritual, cultural y social, y que “no podemos olvidar a los pobres si queremos permanecer en la corriente viva del Evangelio”.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)



