La desigualdad global y climática se dispara al ritmo del poder de los superricos, alerta Oxfam Intermón

La desigualdad global y climática se dispara al ritmo del poder de los superricos, alerta Oxfam Intermón
Foto | Jawed Gfx (veectezy)
La acumulación de la riqueza se ha convertido en un gran obstáculo para frenar el cambio climático. El 0,1% más rico del planeta, los llamados “superricos”, genera en un solo día las mismas emisiones de gases de efecto invernadero que una persona del 50% más pobre en todo un año.

Según el último informe de Oxfam Intermón, la riqueza de los milmillonarios creció tres veces más rápido que el año pasado, mientras la mayoría de la población mundial pierde poder adquisitivo.

El informe, titulado “El saqueo climático: cómo unos pocos poderosos están llevando al mundo al desastre”, se publica a dos semanas del inicio de la COP30 y denuncia que los superricos están “agotando el presupuesto de carbono restante del mundo”, es decir, la cantidad de CO que aún se puede emitir sin provocar un colapso climático irreversible.

Las cifras son elocuentes: cada superrico produce de media 1,9 millones de toneladas de CO₂ al año (la contaminación equivalente a 10.000 vueltas al mundo en un jet privado), 346.000 veces más que una persona corriente.

Si toda la población mundial contaminara como lo hace el 1% de superricos, se producirían 130 gigatoneladas de CO₂, en solo tres meses la cantidad de dióxido de carbono que se puede emitir en un año para no superar el objetivo de 1,5 °C establecido en el Acuerdo de París. Es decir, en apenas un trimestre se agotaría el presupuesto anual de carbono, un concepto ideado para calcular cuánto dióxido de carbono puede liberarse al año sin alterar la neutralidad climática.

Solo las emisiones del 1% más rico podrían causar 1,3 millones de muertes por calor extremo a finales de siglo.

Desde 1990, el 1% más rico ha sido responsable del 15% del consumo del presupuesto de carbono, y sus emisiones per cápita han seguido creciendo un 13%, mientras que las del 50% más pobre se redujeron un 3%. Las consecuencias son devastadoras: solo las emisiones del 1% más rico podrían causar 1,3 millones de muertes por calor extremo a finales de siglo.

En España, el patrón se repite. “Una persona del 0,1% más rico genera 55 veces más emisiones que alguien del 50% con menos ingresos”, denuncia la ONG. Para alcanzar niveles sostenibles, ese mismo grupo debería reducir sus emisiones en un 99,4% antes de 2030.

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Los superricos se forran con la industria contaminante

El informe también apunta al papel de las inversiones. Los superricos obtienen beneficios de sectores de alto impacto climático —como el petróleo, el gas o la minería—, de los que poseen al menos un 10%. Solo en 2024, sus carteras generaron 586 millones de toneladas de CO₂ equivalente, más que las emisiones conjuntas de 118 países. Además, el 60% de sus inversiones se concentra en industrias intensivas en carbono.

Oxfam denuncia asimismo la “influencia injusta” que ejercen estos grupos sobre las políticas climáticas. En la última cumbre del clima, COP29 en Bakú, se acreditaron 1.773 lobistas del sector de los combustibles fósiles, más que todos los representantes de los diez países más vulnerables al cambio climático juntos.

Gravar los beneficios de los combustibles fósiles

La organización propone gravar la riqueza extrema y los beneficios excesivos de las empresas de combustibles fósiles. Según sus cálculos, un impuesto del 60% sobre los ingresos del 1% más rico podría reducir emisiones equivalentes a las de todo el Reino Unido y generar 6,4 billones de dólares en ingresos globales.

“Debemos denunciar estas prácticas y el poder descomunal de los superricos, gravando su riqueza extrema, regulando su participación y defendiendo a las personas más afectadas por la crisis climática”, reclamó Lourdes Benavides, responsable de Justicia Climática de Oxfam Intermón.

Entre las soluciones, el informe propone prohibir la participación directa de las empresas de combustibles fósiles en las negociaciones climáticas, aplicar normativas de sostenibilidad vinculantes y reforzar el papel de la sociedad civil y los pueblos indígenas en los procesos internacionales.

Oxfam insiste en que el futuro del planeta pasa por un reparto justo del presupuesto de carbono restante y por una acción política capaz de frenar el poder contaminante y económico de una élite cada vez más minoritaria, pero más influyente que nunca.