Jóvenes trabajadores y estudiantes celebran la llamada de León XIV a poner a los pobres en el centro de la Iglesia

Jóvenes trabajadores y estudiantes celebran la llamada de León XIV a poner a los pobres en el centro de la Iglesia
FOTO | El papa León XIV se dirige hacia el Jubileo de los Jóvenes. Vatican Media
La Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Juventud de Estudiantes Católicos (JEC) destacan la relevancia de la exhortación Dilexi te del papa León XIV que continúa el legado de Francisco y el impulso que supone en su misión de transformación social desde la fe.

“Primero y antes de todo, me alegra que el papa León XIV siga el camino del papa Francisco y haya terminado este proyecto, haciéndolo suyo también”, comenta desde el secretariado de la JOC, Alex Bernat. Comparte esta visión esperanzada, Rubén Serrano, presidente de la JEC: “Es buena noticia que un trabajo empezado por Francisco haya acabado viendo la luz y además centrado en las personas pobres”.

El tema ya en sí “es relevante, importante y necesario”, apunta Serrano, quien valora además su oportunidad al darse a conocer “en un momento en que la sociedad se está volviendo cada vez más individualista y parece que los únicos problemas que importan son los nuestros propios”.

Siempre hace falta, opina, “poner el foco en las personas que más los necesitan, en aquellas que son nuestras hermanas, pero que muchas veces olvidamos y no tenemos presentes en el día a día, en la vorágine de cosas que tenemos que hacer, y las que se le intenta quitar su dignidad”.

La defensa de la dignidad de las personas pobres

“Como Iglesia tenemos que reforzar precisamente la defensa de la dignidad de las personas, más aún cuando dentro de la iglesia se empiezan a escuchar discursos un poco alejados de esta visión”, plantea Rubén Serrano.

“En una primera lectura, sin mucha profundización en el tema, me parece una exhortación que va al grano, presenta la opción por los pobres como el corazón del Evangelio. Una Iglesia que no mira al pobre es una iglesia alejada del mensaje de Jesucristo”, destaca, por su parte, Bernat.

“El texto critica duramente la ‘cultura del descarte’, también llamado capitalismo moderno, que premia el consumo, la comodidad y la acumulación de riqueza interpelándonos a vivir sencillamente para que sencillamente otros puedan vivir”.

“Además, se posiciona duramente contra aquel mensaje de odio que estamos hartos de escuchar: “Son pobres porque quieren”, nadie es pobre por falta de mérito”, la mayoría lo somos porque vivimos en un sistema injusto que nos excluye, sentenciando que “es una distorsión moral cuando se usa la meritocracia para justificar la desigualdad”, reflexiona, el tesorero de la JOC.

Poner a las personas pobres en el centro

Desde la organización de jóvenes estudiantes católicos, entienden que la exhortación está “muy alineada con el trabajo que hacemos, no solo la JEC, sino también el resto del movimiento de la Acción Católica especializada. Nuestro centro es y siempre ha sido las personas más empobrecidas, no solo nivel económico, sino también nivel espiritual, vital, aquellas personas que peor lo están pasando”.

Puede dar doble juego para su movimiento, ya que por un lado refuerza “el trabajo que que ya venimos haciendo” y por otro lado, “nos va a ayudar a profundizar en aspectos clave de la misión”.

En concreto, especifica Serrano, en el desarrollo de las dos campañas que actualmente tienen entre manos: “la acción común de graduadas de ‘Enrédate’, centrada en la cultura del cuidado, con especial atención al cuidado de las personas más empobrecidas a las que queremos poner en el centro, para así generar una sociedad verdaderamente de cuidados”; pero también “la campaña en la Universidad que trata de promover la participación sociopolítica”.

Precisamente, el documento de León XIV nos recuerda “el papel que deben jugar las instituciones para responder a las necesidades de las personas más pobres y orientar la acción política”.

Su compañero de la JOC, Alex Bernat, señala que dos de los colectivos mencionadas por el Papa, la mujer y la población migrante forman parte de la preocupación de su organización. “Todos somos seres sufrientes de esta cultura del descarte, pero estos colectivos lo son por partida doble”, insiste.

“En la JOC, todos los años trabajamos el 8M, ahora llamado día internacional de la mujer, previamente llamado “Día internacional de la mujer trabajadora”.

“La sociedad tiene unas estrategias muy claras para no identificarnos como pobres, esta exhortación nos llama a justo lo contrario”, piensa Bernat, a quien no ha pasado desapercibido el párrafo en el que se indica que “doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos. Sin embargo, también entre ellas encontramos constantemente los más admirables gestos de heroísmo cotidiano en la defensa y el cuidado de la fragilidad de sus familias”.

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En el corazón del Evangelio

“El papa Francisco y León XIV, si se puede decir que es algo conjunto de ambos, nos invitan a un cambio de mentalidad: la felicidad no está en el éxito y la riqueza, como nos vende esta sociedad, sino en el amor compartido y en la solidaridad”, destaca este joven trabajador, quien recuerda que “las primeras comunidades cristianas lo tenían claro, “no había ni muchos sabios ni entendidos, ni poderosos, ni nobles”, y “desde su pobreza tenían una mirada sensible con aquellos que tenían más privaciones. Es un claro ejemplo de vivencia del Evangelio, un evangelio vivo, encarnado en la acción, con caridad sociopolítica”.

La caridad política, a la que se refiere el texto, “no es una mirada condescendiente, sino que habla de la acción desde los pobres para los pobres. Aquí, se habla de los pobres como sujetos, no como objetos de beneficencia”.

“Desde la JOC, como movimiento de Acción Católica especializada en el mundo obrero juvenil, nos sentimos profundamente llamados a seguir en esa acción diaria, en la transformación del mundo para que todos podamos vivir, en vivir un Evangelio encarnado en la pobreza, desde la pobreza y para la pobreza”, reconoce Bernat.

“El mundo está cambiando, cada vez hay menos jóvenes que deciden ser cristianos porque las estructuras no le dan respuesta, yo soy alguien que sufrió esto mismo. La JOC me enseñó un testimonio diferente, un Evangelio muy parecido a lo que significa la vida de Jesucristo para León XIV”, admite.

Una llamada radical al cambio personal y social

“La realidad del mundo obrero va cambiando, y las desigualdades del sistema también”, manifiesta y recuerda a la juventud sin trabajo o con un trabajo inestable en medio del encarecimiento de la vida y el difícil acceso a la vivienda. “Dios llama a luchar para que el cambio sea posible”, comenta Bernat.

Para la JEC, en palabras de Rubén Serrano, “este tipo de  documentos nos ayudan como Iglesia a crecer, a seguir reflexionando, a formarnos mejor como cristianos, pero también a que la institución avance, a que se favorezca o al menos no se impida ciertas iniciativas y a que al final hagamos un trabajo más misionero, hagamos una apuesta real por aquellos temas que nos deberían de importar como cristianos”.

“Es una oportunidad muy muy grande para la Iglesia ahora mismo y además  un refuerzo de todo aquello que se inició el papa Francisco”, añade.

En opinión, de Alex Bernat, el documento deja claro “qué es lo importante del Evangelio”. Es lo que entiende que significan los siguientes párrafos de Dilexi te:

“Cualquier comunidad de la Iglesia, en la medida en que pretenda subsistir tranquila sin ocuparse creativamente y cooperar con eficiencia para que los pobres vivan con dignidad y para incluir a todos, también correrá el riesgo de la disolución, aunque hable de temas sociales o critique a los gobiernos. Fácilmente terminará sumida en la mundanidad espiritual, disimulada con prácticas religiosas, con reuniones infecundas o con discursos vacíos”.

La solidaridad contra el imperio del dinero

“Estos líderes populares saben que la solidaridad ‘también es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del imperio del dinero […]. La solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares'”.

“La fe no reside en adorar, no reside en prácticas religiosas y discursos vacíos, reside en la búsqueda de una justicia social, reside en luchar diariamente contra la desigualdad”, lo que permite al Papa marcar la acción pastoral: “Ya sea a través del trabajo que ustedes realizan, o de su compromiso por cambiar las estructuras sociales injustas será (…) posible para aquel pobre sentir que las palabras de Jesús son para él: ‘Yo te he amado’”.