COP30: ¿Adaptación o prevención?

COP30: ¿Adaptación o prevención?

Michael Löwy, director de investigación en sociología en el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS). Brasileño de origen francés y residente en París, es un gran amigo de Brasil, participando activamente en nuestra realidad sociopolítica. Siendo de origen hebreo, es un serio estudioso de la sociología de la religión, del mejor Marx y de Max Weber, dedicando parte de su obra al estudio de la teología de la liberación. Con él mantengo un diálogo fructífero, casi semanal.

Me envió el artículo en francés y ahora se publica en A Terra é Redonda, 26-10-2025. Este artículo es esclarecedor y, al mismo tiempo, una alerta sobre eventuales amenazas al futuro de la humanidad. Leonardo Boff.

 

El futuro no será conquistado mediante la resignación a adaptarse al colapso, sino con el coraje de prevenir sus causas.

1.

Como sabemos, la COP30, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, se celebrará este año, en noviembre, en Belém do Pará.

Despierta esperanza por tener lugar en un país gobernado por la izquierda, bajo el amparo del presidente Lula. Pero debe constatarse que el mayor contaminador del planeta, Estados Unidos, estará ausente, dado que Donald Trump –negacionista fanático del cambio climático– retiró a su país de esta instancia internacional.

Desafortunadamente, una decisión reciente de las autoridades brasileñas proyecta una sombra sobre esta reunión: la autorización para explotar el petróleo situado en el fondo del mar, cerca de la desembocadura del Amazonas. Los ecologistas brasileños denuncian esta decisión, que representa un riesgo enorme –en caso de accidente en las perforaciones marítimas– de que una “marea negra” destruya los frágiles ecosistemas de la selva amazónica.

Además, si las enormes cantidades de petróleo depositadas en el fondo del mar de esta región son extraídas, comercializadas y quemadas, ello constituirá una contribución decisiva al cambio climático.

En estas condiciones, ¿qué se puede esperar de la COP30? Es necesario decirlo: el balance de las 29 anteriores no es glorioso. Es cierto que se adoptaron algunas resoluciones, pero… nunca se pusieron en práctica. Las emisiones nunca dejaron de crecer; la acumulación de gases de efecto invernadero ha alcanzado proporciones sin precedentes, y el límite peligroso de 1,5 ºC (respecto a la era preindustrial) ya se ha alcanzado.

¿Cuáles son las ambiciones de los organizadores de la nueva COP? Podemos hacernos una idea leyendo una reciente entrevista de André Corrêa do Lago, nombrado por Lula para presidir la COP30. Diplomático con larga experiencia en desarrollo sostenible, actualmente es Secretario de Clima, Energía y Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. En dicha entrevista, Corrêa do Lago declara: “Me gustaría mucho que las personas recordasen la COP30 como la COP de la adaptación”.

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2.

¿Qué significa esto? Ciertamente, la adaptación a las consecuencias del cambio climático (incendios forestales, tornados, inundaciones catastróficas, temperaturas insoportables, sequías, desertificación, falta de agua dulce, aumento del nivel del mar, etc. –la lista es inmensa–) es necesaria, especialmente en los países del Sur, primeras víctimas de estos daños.

Sin embargo, dar prioridad a la “adaptación” por encima de la “prevención” es una forma indirecta de resignarse a la inevitabilidad del cambio climático. Es un discurso cada vez más frecuente entre los gobernantes del mundo.

La lógica de este argumento es simple: como es imposible prescindir de los combustibles fósiles, del transporte globalizado de mercancías, de la agricultura industrial y de otras múltiples actividades económicas responsables del calentamiento, pero necesarias para el buen funcionamiento de la economía capitalista, solo nos queda la posibilidad de adaptarnos.

Si, en un primer momento, la adaptación aún es posible, a partir de cierto aumento de la temperatura –¿dos grados? ¿tres grados? nadie puede decirlo– se volverá imposible. ¿Cómo adaptarse si la temperatura supera los 50 grados? ¿Si el agua potable se convierte en un bien escaso? Los ejemplos pueden multiplicarse.

No nos queda mucho tiempo para impedir una catástrofe que pondría en riesgo la supervivencia humana en este planeta. Contrariamente a lo que piensan habitantes de Marte como Elon Musk, no existe un Planeta B. Si la COP30 privilegia la adaptación en detrimento de la prevención, quedará en la memoria como la COP de la capitulación.

Afortunadamente, en Belém do Pará se reunirá, al mismo tiempo que la COP, una Cumbre de los Pueblos, en la que participarán movimientos ecologistas, campesinos, indígenas, feministas, ecosocialistas y otros actores que debatirán las verdaderas soluciones para la crisis ecológica y saldrán a las calles de Belém do Pará para protestar contra la inercia de los gobiernos y afirmar la necesidad de romper con el sistema. Son sembradores de futuro, que se niegan a la resignación y al conformismo.