Un nuevo curso o el arte de regresar a una normalidad renovada

Un nuevo curso o el arte de regresar a una normalidad renovada

Para muchos, los años nuevos no comienzan en enero, sino en septiembre, con el inicio de un nuevo curso escolar o laboral, tras las vacaciones de verano.

Hay personas que «volaron» en el tiempo vacacional para las que, la vuelta al trabajo, el inicio de un nuevo curso, vienen a ser un volver al estado de oruga y no un lanzarse al aire, en modo «mariposa».

Retomar y comenzar de nuevo supone encarar la vida desde la conciencia de que cada reinicio encierra «una promesa y una oportunidad para reinventarse». Ya Platón nos advertía que «el comienzo es la parte más importante del trabajo», alertando contra la tentación de la inercia y la resignación.

El descanso veraniego, si realmente ha sido descansado de verdad, nos devolverá con «otro modo de presencia» a una normalidad transformada ya que, aunque las condiciones sean las mismas que dejamos, nosotros habremos cambiado y las miraremos con otros ojos y las abordaremos desde otro lugar y de otra manera.

Nuevo curso es sinónimo de nueva corriente, de nuevo recorrido. La palabra clave es «nuevo». Nuevo curso no es llenar nuestra vida constantemente de novedades y, mucho menos, de novelerías. No se trata de cambios en las formas sino en un vivir conectados al fondo, a la fuente, de donde la energía de cada acto y de cada gesto brota original, inédita y fresca.

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