La Iglesia apoya “Salvemos el mundo rural agredido” por un futuro sostenible y ecológico

La Conferencia Episcopal Española (CEE), a través de su Departamento de Ecología Integral, ha anunciado su adhesión a la convocatoria de la marcha “Salvemos el mundo rural agredido”, que se celebrará el próximo domingo 5 de octubre en Madrid.
La iniciativa está impulsada por más de 400 plataformas ciudadanas de toda España, en la que se incluye el Movimiento Rural Cristiano, que quieren denunciar el abandono institucional del mundo rural y defienden un modelo de desarrollo equilibrado, justo y sostenible. Bajo el lema “Salvemos el mundo rural agredido”, critican la “colonización” del territorio por parte de grandes empresas energéticas, ganaderas, mineras y especulativas
Según el comunicado de Ecología Integral, el mundo rural sufre una despoblación estructural provocada por la falta de oportunidades laborales y el acceso limitado a servicios públicos esenciales como educación, sanidad y transporte.
La Iglesia denuncia que el sistema actual considera el territorio rural como un simple almacén de recursos, ignorando su valor cultural, humano y ambiental.
Inspirándose en la encíclica Laudato si’ del papa Francisco, critica las “falsas soluciones verdes” que perpetúan el modelo de sobreproducción y consumo.
En lugar de cambios cosméticos, reclama una conversión ecológica integral que vincule el desarrollo humano con el cuidado del medio ambiente. La Iglesia exige políticas valientes que protejan el sector primario sostenible, frenen la especulación y prioricen el bien común sobre los intereses corporativos.
El director del Departamento de Ecología Integral, Eduardo Agosta, destaca la necesidad de superar la visión clásica que separaba al ser humano de la naturaleza y que justificaba su explotación indiscriminada. Agosta propone una ética ecológica que reconozca la interdependencia entre todos los seres vivos y promueva una espiritualidad del cuidado de la “casa común”.
La marcha del 5 de octubre se presenta así como una exigencia moral y espiritual, más que una simple protesta. Para la Iglesia, apoyar esta movilización es apostar por un futuro donde los pueblos rurales sean respetados, habitables y llenos de vida.

Redacción de Noticias Obreras.