Entidades católicas globales llaman a detener la guerra y promover la justicia climática

El secretario de Cáritas Internationalis, Alistair Dutton y las representante de CIDSE (Coopération Internationale pour le Développement et la Solidarité), Josianne Gauthier, y de Pax Christi International, Martha Inés Romero, han emitido un comunicado conjunto a favor de “la justicia climática y la resolución pacífica de conflictos”.
Su llamamiento se ha dado a conocer en un encuentro en línea de organizaciones católicas sobre la 30ª Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará en la ciudad amazónica brasileña de Belém entre el 10 y el 21 de noviembre.
“No puede haber paz verdadera sin justicia climática, ni justicia climática sin paz”, afirman como “una verdad sencilla, pero urgente” que quieren trasladar en este tiempo de crisis “entrelazadas” marcado por el colapso ecológico, la fragmentación del orden global y la pobreza extrema.
Así, afirman que “nos enfrentamos a una convergencia de sufrimiento masivo actual y riesgos de daños futuros, perpetuados por un sistema político y económico que corre el riesgo de desmoronarse por completo” que en buena medida deriva de “la negativa a pensar en las generaciones futuras, la codicia y la miopía”, en línea con la advertencia del papa Francisco en Laudato si’.
Con el anterior santo padre, entienden que “la solución requiere una solidaridad nueva y universal” que evite al mundo su “hora más oscura”.
Multilateralismo
Frente al “mundo multipolar donde la “ley del más fuerte” prevalece, amenaza no solo la esperanza de un futuro pacífico, sino también nuestra capacidad colectiva para abordar la crisis climática, apuestan por “el verdadero multilateralismo”, que depende del equilibrio”.
“Cada nación tiene el mismo valor y voz en el orden global”, afirman, por lo que apuntan que las naciones poderosas deben tener “la valentía de ceder poder en aras al bien común”.
“El camino a seguir debe basarse en la solidaridad de los pueblos, el bien común de nuestra casa común y el principio de subsidiariedad, garantizando que las decisiones se tomen lo más cerca posible de quienes más están afectados”.
Opción por los empobrecidos
Los representantes de estas entidades católicas globales entienden que “por encima de todo, debemos defender la opción preferencial por los empobrecidos, garantizando que los más vulnerables –aunque empoderados para liderar–, sean los primeros en recibir apoyo”.
Para ello abogan por “re-imaginar nuestros sistemas globales, reformar las instituciones financieras internacionales, eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y priorizar las soluciones lideradas por la comunidad en las estrategias climáticas y de consolidación de la paz”.
También “centrar el conocimiento ancestral indígena y su derecho a vivir en armonía con la tierra, promover la justicia frente a la deuda, reducir los exorbitantes presupuestos militares y garantizar una representación inclusiva en los espacios de toma de decisiones, desde la ONU hasta los consejos locales”.
No violencia
Pero igualmente prestan su apoyo a “las comunidades que resisten pacíficamente la deforestación, se oponen a las industrias extractivas e inciden por el desarrollo sostenible”. Los esfuerzos inspirados en la no violencia activa, arraigados en la justicia y el respeto a la dignidad humana, “son esenciales para la transformación que perseguimos”.
Así, Martha Inés Romero, secretaria general de Pax Christi International, que intervino en el encuentro destacó “el poder de las acciones no violentas” y la importancia del diálogo y la reconciliación para resolver los conflictos, además de la necesidad de difundir una “cultura del cuidado” del planeta.
Responsabilidad ética
El cardenal Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre, en un videomensaje, recordó que “el futuro de las próximas generaciones depende de las decisiones de hombres y mujeres capaces de construir un mañana mejor con responsabilidad ética”, sin olvidar el aliento de la fe cristiana en este camino.
“Es necesario trabajar para “atacar las raíces del sistema de pobreza” con una visión de largo plazo que proteja a todos, especialmente a los más vulnerables”, subrayó Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis.
“Vivimos en un mundo en llamas por el cambio climático y las guerras”, añadió Josianne Gauthier, secretaria general de CIDSE. “Enfrentamos una crisis ecológica de emergencia y hemos visto cómo la economía mundial se ha transformado en una economía de guerra”, por lo que “debemos amar lo suficiente como para defender aquello que consideramos valioso”
Los tres representantes, en su comunicado, confiesan que oran “para que nuestros líderes recuerden este espíritu de no violencia en sus deliberaciones, recuerden los horrores de la guerra y vuelvan a intentar situar la búsqueda no violenta de la paz en el centro de sus compromisos diplomáticos, conscientes de que el futuro del planeta depende de ello”.
Unidos al papa León XIV, a otros líderes religiosos y a personas de buena voluntad, reiteran su llamamiento a “detener la marcha hacia la guerra, revertir el rumbo, renovar nuestra pasión por la paz y creer de nuevo que un mundo pacífico es posible; un mundo verde es posible; un mundo mejor, es posible”.

Redactor jefe de Noticias Obreras