El obispo de Sant Feliu condena el ataque a la mezquita de Piera y rechaza el discurso xenófobo

El obispo Xabier Gómez ha condenado el incendio provocado en la nueva mezquita de Piera, aún sin inaugurar, y ha ofrecido el apoyo de la Iglesia a la comunidad musulmana local. El ataque, calificado como xenófobo y vandálico, se produce en una semana marcada por un preocupante ascenso del discurso de odio, con declaraciones de líderes de Vox que sugieren una limpieza étnica y alientan la persecución de personas migrantes, como ha sucedido en Torre Pacheco.
Durante la madrugada del sábado, unos individuos accedieron al recinto donde se construye la nueva mezquita de Piera y prendieron fuego con gasolina al inmueble. Aunque todavía no ha sido inaugurada, la estructura ha quedado visiblemente afectada y está pendiente de valoración técnica para determinar si ha sufrido daños estructurales.
La mezquita, fruto del esfuerzo de toda la comunidad musulmana de la localidad, estaba siendo levantada como espacio de oración y encuentro. Se trata de una comunidad formada por personas humildes, de distintas procedencias, que trabajan y conviven en el municipio desde hace años.
Desde el Obispado de Sant Feliu de Llobregat y la Parroquia de Santa María de Piera han expresado su “rechazo a cualquier tipo de violencia” y su “solidaridad y proximidad con los miembros de la comunidad musulmana”, recordando que este tipo de actos atenta contra el derecho fundamental a la libertad de culto y daña gravemente la convivencia.
“Actos xenófobos y vandálicos que debemos rechazar como sociedad y como Iglesia”
El obispo de la diócesis, Xabier Gómez, ha intervenido de forma clara para condenar lo sucedido: “Ante estos actos vandálicos contra la mezquita de Piera, que aún se estaba terminando de preparar para su inauguración, como obispo de Sant Feliu de Llobregat quiero expresar mi rechazo. Nos encontramos ante actos xenófobos y vandálicos que debemos rechazar como sociedad y como Iglesia”.
En su declaración, el prelado ha reafirmado el compromiso eclesial con las personas migrantes, desde las claves de la Doctrina Social de la Iglesia: “Nosotros nos movemos dentro de los parámetros que nos indicó la Doctrina Social de la Iglesia: acoger, promover, proteger e integrar a las personas migradas. Y, además, hoy también hacemos un llamamiento al respeto a la libertad religiosa y de culto en nuestro país”, ha recordado.
Finalmente, ofreció el apoyo explícito de la Iglesia local a la comunidad musulmana afectada, trabajando “por la cultura del encuentro y por la cultura de la paz. Nos ponemos también a disposición de la comunidad musulmana de Piera por si necesita, en estos momentos, rehacerse de estos ataques que nosotros rechazamos”.
Efecto llamada al rechazo, a la violencia y a la cacería
Esta semana, el partido ultraracista y neoliberal Vox ha cruzado nuevas líneas rojas. Su portavoz, Rocío de Meer, ha defendido públicamente un plan de deportaciones masiva, de limpieza étnica —que afectaría, según sus propias palabras, a ocho millones de personas— con una frase que condensa toda la violencia ideológica de su propuesta: “Tenemos el derecho a querer sobrevivir como pueblo”.
Lejos de ser una expresión inocua, esta afirmación se ha convertido en el manto retórico de un programa político ilegal e inmoral, basado en falsedades, prejuicios y una peligrosa manipulación del concepto de identidad nacional. En vez de promover el bien común, alimenta el odio, señala culpables imaginarios y contribuye a legitimar actos violentos como el sucedido en Piera.
Estas palabras han actuado como efecto llamada al rechazo, a la violencia y a la cacería hacia el otro, generando un clima social inflamado en el que crecen las agresiones y se justifica la exclusión.
Torre Pacheco: criminalización de la migración
Un ejemplo de ello se vivió este sábado en Torre Pacheco (Murcia), donde el presidente de Vox en la Región, José Ángel Antelo, participó en un acto convocado bajo el lema “Defiéndete de la inseguridad”, en el que volvió a vincular inmigración con delincuencia: “No queremos gente así en nuestras calles ni en nuestro país. Les vamos a deportar a todos: no va a quedar ni uno”, afirmó.
Estas declaraciones, forman parte de una estrategia orquestada de estigmatización que ya está teniendo consecuencias muy preocupantes: incitan a la deshumanización, legitiman la violencia y minan los principios de convivencia. No es casualidad que, en este contexto, se produzca un incendio como el de Piera o “noches de enfrentamiento” en Torre Pacheco.
Por una convivencia basada en la dignidad compartida
Frente a este escenario inquietante, la Iglesia de Sant Feliu ha insistido en su compromiso por la paz y la fraternidad, recordando las palabras del papa Francisco en Evangelii gaudium: “Cada uno de nosotros está llamado a ser artesano de la paz, uniendo y no dividiendo, extinguiendo el odio y no conservándolo, abriendo las puertas del diálogo y no levantando nuevos muros”.
Como he señalado esta semana, en el blog Eutopía, el “derecho a sobrevivir como pueblo” no se ejerce expulsando, sino conviviendo. No se afirma a través del miedo, sino de la justicia social. No se construye señalando culpables imaginarios, sino reconociendo la dignidad que une a todas las personas que habitan este país.
Esa es, también, nuestra responsabilidad ciudadana y cristiana: “construir un nosotros con mayúsculas”.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)