Cuidar el trabajo, sembrar esperanza

Cuidar el trabajo, sembrar esperanza

Trabajo humano, el reto pendiente.
Por una cultura del cuidado en el mundo del trabajo
Francisco Porcar Rebollar
Ediciones HOAC. 2025
214 pp.

El libro de Paco Porcar me parece necesario para atender mejor este cambio de época y de grandes transformaciones que afectan al futuro del trabajo. Ayuda a mirar el mundo del trabajo de otra manera, con más humanidad, al hacernos conscientes de las causas estructurales que deshumanizan el trabajo, de la importancia de poner en el centro la dignidad de la persona y de que hay alternativas posibles si se apuesta por la cultura del cuidado. Y, sobre todo, con más esperanza, porque muestra que ya hay experiencias y luchas que apuntan a un trabajo más justo, más humano y más fraterno.

El autor escribe con el deseo de ayudar a transformar la realidad. Parte de algo que muchas personas sentimos: que el trabajo, en vez de ser un medio para vivir con dignidad, se ha convertido para muchas en una fuente de sufrimiento, de inseguridad o de exclusión que no podemos ignorar. Con una mirada positiva y comprometida, Porcar propone que el cuidado sea el centro de cómo pensamos y organizamos el trabajo.

Me parece muy importante esa idea que recoge el papa Francisco: que si el trabajo es una relación, tiene que haber cuidado, porque ninguna relación sobrevive sin cuidado. Se trata de entender que todo trabajo debería cuidar: a quien lo realiza, a la comunidad, al entorno, a las generaciones futuras. Un trabajo que no cuida, dijo el Papa, no es digno.

El libro tiene ejemplos concretos, como la campaña «Cuidar el trabajo, cuidar la vida», impulsada por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), donde se promueven experiencias reales de lucha por el trabajo digno. También ofrece propuestas claras y llamadas a implicarse desde lo cotidiano y desde las organizaciones sociales y eclesiales. No se limita a describir las dificultades que hay, sino que muestra caminos, muchos de ellos ya iniciados, para construir otro modelo de sociedad desde el mundo del trabajo. Habla de derechos, de justicia social, del papel de las organizaciones de trabajadores y trabajadoras, de la importancia del compromiso y, también, de cómo podemos vivir todo esto en lo cotidiano, en lo pequeño.

También puedes leer —  La corrupción y la idolatría del dinero

Se apoya en la Doctrina Social de la Iglesia, pero es un libro abierto a todas las personas que quieran contribuir a una sociedad más fraterna y justa. Lo espiritual, lo social, lo personal y lo político están unidos de forma muy natural, por ejemplo, cuando plantea que nuestra fe nos mueve a comprometernos con quienes sufren condiciones indignas de trabajo y que ese compromiso se traduce en acciones sociales y políticas concretas, desde la comunidad cristiana hasta la defensa de derechos laborales. Eso es algo que me parece importante: sentir que cuidar el trabajo también es cuidar la vida de las personas y la casa común.

Me quedo con el mensaje de fondo: que este planteamiento no es una utopía irreal, sino una esperanza que ya empieza a vivirse en muchas partes. Que hay gente que ya está caminando en esa dirección. Y que merece la pena comprometerse .

Un libro lleno de sentido, que anima a no resignarse y a creer que otro mundo del trabajo –más digno, más humano, más cuidadoso– es posible.