Tijan Konteh, migrante: «Volver aquí, tras haber vivido situaciones tan extremas, fue como una segunda oportunidad»

Tijan Konteh, migrante: «Volver aquí, tras haber vivido situaciones tan extremas, fue como una segunda oportunidad»

Tijan, tú naciste en Gambia. Cuéntanos cómo viniste a España y todo el proceso de adaptación.

Nací en Nyamanari, un pequeño pueblo de Gambia, donde pasé mi infancia hasta que vine a España en 2004 con mi madre. Mi padre había migrado antes, emprendiendo un viaje largo y peligroso, como tantos otros migrantes africanos. Siempre me decía que su objetivo era darnos un futuro mejor. Pasó por Senegal, Mauritania, Argelia y Marruecos antes de cruzar a España y se estableció en Soria. Años después, gracias a la reagrupación familiar, nos pudo traer a mí y a mi madre. Tenía unos ocho o nueve años y recuerdo que, en el avión, me dijo: «No te imaginas lo que yo he pasado ni el tiempo que me ha costado llegar al lugar al que tú llegarás en unas pocas horas». Esa frase se me quedó grabada.

Llegar a España fue como aterrizar en un universo paralelo. Al poco tiempo nos trasladamos a Manresa, en Cataluña. Al principio, tanto mi madre como yo tuvimos muchas dificultades para adaptarnos. En Manresa apenas había personas de nuestro país, lo que hacía difícil encontrar a alguien con quien hablar en nuestro idioma. Sin embargo, tuve mucho apoyo, sobre todo por parte de las maestras en la escuela, que me ayudaron a adaptarme. Hice la ESO y luego un grado medio de comercio y márquetin.

¿Cómo transcurrió tu adolescencia y la vida de tus padres?

Durante esa etapa, mi padre perdió su empleo tras un despido improcedente. Era una época de crisis fuerte y, sin trabajo ni derecho a paro, nuestra situación se volvió muy complicada. Entonces decidí abrir una pequeña tienda de productos alimentarios de nuestros países de origen. Pensé que podía ayudarnos a tener comida en casa y dar servicio a las familias migrantes que conocíamos. Confeccioné un plan de empresa, capitalicé el paro de mi padre y conseguimos financiación de la organización Acció Solidària Contra l’Atur. Así pudimos abrir el negocio. Aguantamos unos años, pero acabamos cerrando. Yo era muy joven y, como mis padres son analfabetos, asumí toda la gestión del negocio con apenas 17 o 18 años.

También puedes leer —  Unidos en la oración por “una economía sin trata de personas”

La situación empeoró aún más cuando mi padre decidió ir a Francia a buscar trabajo y estuvo casi un año sin conseguir nada. Yo también me sentía muy frustrado por no encontrar trabajo y por haber fracasado con la tienda. Eso me llevó a reflexionar sobre todo lo que mi padre había hecho por mí. Pensé que quizás había llegado el momento de salir también a buscar nuevas oportunidades. Muchos amigos se estaban yendo y uno de ellos se había marchado a Noruega. Sin pensarlo demasiado, decidí hacer lo mismo.

Contenido exclusivo para personas y entidades que apoyan y cuidan nuestro trabajo mediante su suscripción a Noticias Obreras.
Si ya eres suscriptora o suscriptor, introduce tus datos para seguir leyendo. ¿No los recuerdas? Haz clic aquí.
¿Aún no formas parte de este proyecto de comunicación comprometida? Suscríbete aquí y acompáñanos. ¿Quieres hacer regalar una suscripción? Haz clic aquí

TÚ CUENTAS

Manda tu historia o danos una pista: redaccion@noticiasobreras.es
WhatsApp: 629 862 283