Un círculo del silencio visibiliza las condiciones infrahumanas de los trabajadores temporeros de Huelva

Un círculo del silencio visibiliza las condiciones infrahumanas de los trabajadores temporeros de Huelva
Convocado por organizaciones eclesiales y sociales, el Círculo del Silencio en Huelva de este miércoles denunció la vulneración de derechos humanos y las condiciones infrahumanas en los asentamientos vinculados a la agricultura intensiva en la provincia. Además, durante el gesto se hizo eco del incendio reciente en Moguer y de la tragedia migratoria en El Hierro.

Este miércoles 28 de mayo de 2025, al caer la tarde, se celebró en Huelva un nuevo Círculo del Silencio que, en esta ocasión, ha sido un gesto de denuncia pública en favor de los derechos de las personas trabajadoras migrantes. El manifiesto “Asentamientos: una realidad preocupante” leído por la Asociación Huelva Acoge, centró su atención en la situación de los asentamientos chabolistas en zonas agrícolas de la provincia.

Las organizaciones comprometidas con esta realidad de injusticia –el Secretariado de Migraciones de la diócesis de Huelva, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Huelva, Huelva Acoge, la Asociación Latinoamericana Huelva para todos y todas, Cáritas Diocesana de Huelva y la Fundación Don Bosco Huelva– denuncia las condiciones infrahumanas en las que malviven, desde hace más de 25 años, miles de personas trabajadoras temporeras. “El reconocimiento del derecho a la vivienda para todas y todos es una necesidad básica imprescindible para vivir con seguridad y dignidad”, afirma el manifiesto, que insiste en la urgencia de abordar esta situación desde un enfoque de derechos humanos.

Milagros Villamarín, presidenta diocesana de la HOAC, en declaraciones a este diario, puso en valor el sentido de este gesto público. “Lo hemos querido centrar en la difícil situación que viven las personas trabajadoras temporeras de los asentamientos, teniendo presente el incendio producido el pasado lunes en uno de ellos, en Moguer, así como llegada a la isla del Hierro de un cayuco en el que se ha producido una tragedia que ha segado la vida de siete personas, cuatro mujeres y tres menores”.

La denuncia parte de la constatación de que la aparición de los asentamientos chabolistas está directamente relacionada con un modelo productivo agrícola intensivo que no garantiza condiciones de vida dignas para quienes sostienen su actividad. La inexistencia de recursos habitacionales para temporeros, la escasez de parque inmobiliario en los municipios freseros y las reticencias a alquilar a personas migrantes son, según el manifiesto, “el caldo de cultivo perfecto para perpetuar una realidad” de exclusión y precariedad.

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Es urgente una respuesta política y comunitaria

El manifiesto describe la vida en los asentamientos como una cotidianidad marcada por la falta de luz, agua, recogida de basuras y transporte público. La precariedad estructural de las construcciones provoca incendios e inundaciones que conllevan pérdidas materiales y, en ocasiones, humanas. “Lo más terrible y cruel: la pérdida de vidas humanas”, alerta el texto.

Además de la situación material, se denuncia la vulneración de derechos fundamentales como el acceso a la vivienda, al trabajo, a la salud, a la educación y a la participación social. Especialmente grave es la imposibilidad de empadronarse, que impide acceder a servicios básicos y consolida una exclusión administrativa.

Frente a esta situación, las entidades convocantes reclaman una estrategia integral que implique compromiso político, financiación suficiente y una perspectiva comunitaria. “Es necesario que esta realidad, cruda, dura y preocupante pero desgraciadamente invisible, sea conocida por la ciudadanía, y dar así voz a todas estas personas que permanecen invisibles para la sociedad”, concluyen.