Jorge Liria, historiador y editor: “El turismo no es un monocultivo al uso, sino una actividad de servicio”

Jorge Alberto Liria Rodríguez, historiador y editor, ha abordado la situación del turismo a propósito de las protestas celebradas en varias capitales isleñas el pasado domingo, y a las que asistieron unas 26.000 personas, por motivos diversos. Para este también periodista canario “el turismo no es un monocultivo al uso, como lo ha sido el plátano o el tomate en la historia, sino una actividad más”; y denuncia que “hay impuestos que se los llevan empresas foráneas”.
El pasado domingo se realizaron diversas manifestaciones en Canarias bajo el lema ¡Basta ya! El turismo tiene un límite. ¿La masificación aludida es tanta como para estar preocupados?
Tiene sus matices. Las manifestaciones no tuvieron una sola causa. Y más que por el turismo, son motivos transversales a los problemas de Canarias, tanto de la pobreza, deterioro del medio ambiente, el encarecimiento de los alimentos y de la vida en sí misma, los salarios bajos, la falta de vivienda, las malas comunicaciones de carreteras. Es eso lo que mueve a muchísima gente más que por el lema del turismo.
¿Pero la situación del turismo es preocupante?
No lo creo. El problema reside más bien en qué beneficios tenemos del turismo. Es una actividad enormemente intensiva en el empleo, que es muy necesaria en Canarias, donde somos 2,3 millones de habitantes y necesitamos actividades empresariales intensivas en el empleo, porque si no, los canarios no podríamos tener trabajo; y, a pesar de eso, tenemos un desempleo enorme.
La otra parte del problema es la aplicación del impuesto que erróneamente se aplica al turismo. No podemos olvidarnos que el turismo en las islas supone más del 37% del PIB, con sus 21.000 millones de euros sobre los más de 54.000 millones del total del archipiélago. La dependencia de la actividad turística es notable, que no del turismo. Pero nosotros recaudamos en Canarias unos 2.325 millones de euros en el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), de los 5.000 millones que se recaudan aquí. Para que nos demos cuenta de la cifra, el presupuesto autonómico son unos 11.000 millones.
¿A qué se debe que el turismo se vea como el nuevo monocultivo?
Cuando la actividad era agrícola y nos dedicábamos al tomate o al plátano, el monocultivo referente era el plátano o el tomate, no la agricultura. Niego la mayor: el turismo no es un monocultivo económico, sino una actividad de servicio. No es igual que otras actividades, porque incentiva industrias locales, comunicaciones, muchísimos sectores.
“Tenemos unas ciertas ventajas y no aprovecharlas sería un desastre”
El turismo no es el de hace unos años. Hoy en día es una actividad que está en todos los países desarrollados de forma importante, ya no solamente en Canarias. No hay capital de cierta importancia en el planeta en el que el PIB del turismo no sea importante y llamativo y no decimos que esas ciudades están en monocultivo. Es porque es una opción y, sobre todo, en zonas como en Canarias inmensamente pobladas, cerca del lugar del planeta con mayor poder adquisitivo que es la Unión Europea. Tenemos unas ciertas ventajas y no aprovecharlas sería un desastre. No son los turistas los que colapsan nuestras carreteras, no son los turistas los que ocupan masivamente nuestras viviendas y tampoco son los mayores contaminadores. Las causas de estos problemas son más complejas.
¿Qué actividades genera el turismo?
Si no tuviéramos turismo, nuestras comunicaciones en el exterior serían desastrosas. Solo recuerdo que, antes de que estuvieran el tomate o el plátano como monocultivos, esas producciones fueron las que permitieron el desarrollo de los puertos y el primer salto económico de Canarias a finales del siglo XIX y principios del XX. Si se importa más que lo que se exporta, Canarias tenía la imperiosa necesidad de exportar mercancía, lo que posibilitó el cultivo del plátano y el tomate. Ese tipo de economía que no daba de comer a toda la población posibilitaba que los canarios emigraran a miles, por lo que estábamos en una situación de pobreza absoluta. El turismo posibilita, primero, esas cifras de recaudación del IGIC, las cifras de empleo, además de infraestructuras: puertos, aeropuertos. Las comunicaciones no serían lo que son si no tuviéramos turismo, porque a las líneas aéreas no les sería rentable. Estaríamos los canarios más aislados. Si en estos momentos tenemos un grado de subsidio en los viajes de un 75%, la realidad es que en compensación el Estado recibe muchísimos ingresos. Sin turismo, es posible que necesitaríamos ser subsidiados al cien por cien y con peores medios y conexiones. Es claro que, si no tuviéramos turismo, los canarios tendríamos que estar emigrando.
¿Cuáles son las ventajas del turismo?
Económicas, por supuesto. Nos mantiene una cierta industria auxiliar local, como de transformación de productos alimentarios. No tendríamos una industria agropecuaria de servicio, de fabricar refrescos, cervezas; muchas industrias locales que tienen difícil exportación y necesitan tener muchísimo mayor número de consumidores. Tenemos 18 millones de turistas que son 18 millones de consumidores en Canarias, que nos permite también diversificar lo que consumimos. Lo contrario es que seríamos poco más de dos millones de habitantes, pero sin los turistas, que suponen en realidad una población flotante de 300.000 habitantes más, que encima consumen de forma distinta. Por ejemplo, si un comercio expone un modelo de camisa, puede venderla una y otra vez, cada semana, pues esa población flotante de trescientas mil personas, los turistas, cambian semanalmente y viven y transitan por los mismos lugares. Si solo estamos los 2,5 millones canarios consumiríamos una sola vez y ya está. Esa es la ventaja. Nos posibilita tener cosas que aquí nos saldría muchísimo más caro.
¿Por qué con tanta riqueza por el turismo hoy tenemos tanta pobreza?
Porque tenemos un desface impositivo absurdo. Las compañías que contratan un paquete turístico fuera, incluso las plataformas que hay hoy en día, como Airbnb o Booking y demás, le pagan al erario canario un 3% de IGIC, un paquete turístico con otras cosas puede ser el 7%. Nunca superior. Un alemán, cuando está comprando ese mismo paquete en Alemania para estar en Maspalomas o Playa de El Inglés, paga en su país el 19% de IVA. Lo que hay que preguntarse es dónde está el 12% restante que va del 19% del IVA al 7% del IGIC.
“Regalamos el 12% de los impuestos que paga el turista a las grandes empresas que no son canarias y contratan fuera de aquí”
Ese 12% se lo estamos regalando a las grandes empresas que no son canarias y contratan fuera de aquí, y no favorece en absoluto al turista, que está pagando con su IVA originario. En la Península se paga por una plaza hotelera en Canarias un 10% de IVA y en algunos casos el 21%, dependiendo de lo que esté comprando. Esa diferencia con el IGIC, que va del 3%, o más, la estamos pagando posiblemente a empresas de Baleares en vez de quedarse aquí. En Canarias estamos sufriendo una sangría impositiva increíble por no subir el IGC en origen a las tasas turísticas. Si hacemos eso podíamos estar pasando de 2.355 millones de recaudación anual a casi duplicarla. Significaría que Canarias en vez de su situación deficitaria en recaudación impositiva, tendríamos un excedente. En Canarias la recaudación de IRPF es también deficitaria. La recaudación del pasado año ascendió a 5.479 millones. Una cifra que se alcanza con la media salarial más baja de toda España. Otro problema es que Canarias tiene una economía sumergida de entre un 18 y 20%, que afecta a casi uno de cada cinco euros que circulan en las islas. Eso es inaceptable para una economía desarrollada. No debemos estar buscando los enemigos fuera cuando los tenemos dentro.
¿Qué impacto produce en la población?
Una economía que tiene casi el 20% de economía sumergida es desigual, porque quien paga está en desigualdad de condiciones con quien no paga nada. Quien esté en la economía sumergida nunca tendrá prestación por desempleo, tendrá una pensión desastrosa, estará siempre viviendo de las pagas mínimas. Eso es uno de los grandes problemas. No estoy hablando de subir los impuestos a los canarios. Todo lo contrario. Es que el IGIC está mal orientado. Es para que los consumidores no tengamos desventajas, para que no se nos encarezcan los productos. En este caso estamos enriqueciendo a los de fuera y no a nosotros.
¿Consideras que son muchos los impuestos que se ponen a turistas?
En Alemania, ciudades como Berlín o Frankfurt, si vas a un hotel pagas el 19%, y otro 5% más de tasa. Yo no he visto a ningún alemán quejarse por pagar ese 24%. Eso de que se paga muchos impuestos aquí, es todo lo contrario. No podemos quejarnos en ese sentido, cuando por la economía sumergida una de cada cinco personas no paga impuestos. Luego tenemos un IGIC que es mucho más reducido, aunque un poco más alto que hace unos años, pero mucho más bajo a su equivalente, el IVA, que se aplica en la Unión Europea. Son ventajas que nos compensan en cierto modo por nuestros 2.500 kilómetros de separación al continente europeo.
¿En qué medida sería aconsejable una ecotasa turística?
La ecotasa queda muy bonita como palabra. La fórmula real es aplicar al turismo el IGIC que se corresponda de forma conveniente. Porque el IGIC no iría a cuestiones medioambientales, sino que iría directamente a la mejora de sanidad, de nuestra educación, a cuestiones sociales. Cuando solucionemos ese problema, luego veremos cuáles son las cifras reales de recaudación canaria y de dotarnos de una ecotasa. Las ecotasas son finalistas para dedicarlas a medioambiente, reforestación y demás.
Entonces sí la podríamos hacer, pero no como una fórmula de solucionar el turismo y de forma recaudatoria. La ecotasa no disuade en absoluto que vengan menos turistas a Canarias. Ya Canarias de por sí, con cuatro o cinco horas de media para venir y el sobrecoste que supone, tenemos una diferencia de renta de quienes nos visitan más que la media que visita la Península o Baleares, porque aquí los alojamientos y el billete son mucho más caros. No creo que haya mucha diferencia.
¿Entonces apunta la necesidad de replantear los impuestos más que abordar la ecotasa?
Sí, primero debemos resolver el gran problema del IGIC que reportaría a Canarias la renta que le corresponde, pudiéndola destinar a su propia economía pública y con ello una mayor soberanía económica y recursos para una redistribución de renta. El problema radica en quiénes representan a las empresas que se están quedando la diferencia que hay entre el IVA e IGIC. Son representantes de determinados hoteleros de las islas, incluso a políticos que están en esas mismas líneas. Y no están dispuestos a perder el enorme caramelo que supone para ellos las islas. Son quienes permiten que regalemos de 3.000 a 4.000 millones de euros a empresas foráneas por contratar fuera por la diferencia de impuestos. Es una sangría, que no beneficia a los turistas, pues ellos pagan impuestos más elevados por estos paquetes turísticos antes de llegar a las islas. El intermediario, que no es canario, se lo está quedando fuera. Es dinero que no entra en las arcas públicas canarias. Es un auténtico desastre. Una circunstancia que no es rentable en ninguna economía.
¿Y cuál sería la solución?
El turismo es un motor económico esencial, porque si se recauda lo que se debiera, nos generaría muchos más recursos para mejorar nuestro sistema sanitario y nuestra educación, nuestro nivel de investigación. Se está perdiendo lo que en cuatro años equivale a nuestro presupuesto anual autonómico, cifrado en unos 11.000 millones. Eso es insostenible, a lo que hay que añadir casi el 20% de economía sumergida. Eso se puede revertir con políticos valientes. Hay un problema grave: las islas han vivido casi 200 años de pedir favores a Madrid por políticos que creen que se resuelven las cosas pidiendo a Madrid. No puede ser que, recibiendo casi 20 millones de visitantes, que no los recibe casi ningún país del mundo, nuestra tasa sea deficitaria. La realidad debería ser totalmente contraria. Canarias tendría que tener un superávit de renta. Habría que preguntarse a quién no le interesa tener un superávit de renta. Si no nos convencemos de una vez que tenemos que ser autosuficientes, es que igual hay otros intereses políticos y económicos para que esta situación persista en el tiempo.
¿Se apoya suficientemente la diversificación económica?
De todas formas, Canarias es desigual. No es lo mismo Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura, donde el peso turístico es mucho mayor que en Gran Canaria. En esta isla, el turismo no ha aumentado tanto en los últimos años. Cuando se recibían 12 millones de turistas, Gran Canaria recibía casi los mismos turistas que ahora, cuando las islas reciben más de 18 millones. Habría que preguntarse dónde se está cambiando el modelo y dónde se está acentuando el otro. Gran Canaria recauda unos 400 millones de euros de IGIC al año más que Tenerife, donde paradójicamente recibe muchísimos más turistas. Ese es el mayor factor contra la diversificación. Tengamos en cuenta que no hay una actividad que por sí sola, de forma intensiva, dé tanto empleo. Ese 37% de la economía dependiente del turismo puede parecer mucho o poco, según se administre y qué beneficios se obtienen del mismo. En la actualidad, no hay alternativa. Es imposible. La disponibilidad de más recaudación generaría más oportunidades a la creación de otras actividades, como animación, ingeniería, astilleros, etcétera, que generan en empleos con mejores salarios y mayor estabilidad. Solo de esta forma, el ingreso per cápita de la población canaria podría crecer.
“Hablamos de mucha sostenibilidad y no nos preocupamos de reverdecer nuestros campos, de permitir que no se degraden”
¿Qué pasos sugieres para que la economía canaria sea sostenible?
Estamos en una época de transformación. Hablamos de economía, pero si vemos nuestros campos nos damos cuenta que reservamos el suelo de forma infértil, dejamos que la erosión se los coma y no los reverdecemos. Aquí nadie deja que se plante un árbol en su terreno baldío porque creen que si plantas árboles te van a quitar la tierra. Deberíamos cambiar algunas normativas, porque es preferible tener más espacios verdes en unas islas rodeadas de mar y batidas por los alisios, donde la lluvia es la que es, y la vegetación es la que te va a generar la humedad que necesitamos y que queda en el suelo. Hablamos de mucha sostenibilidad y no nos preocupamos de reverdecer nuestros campos, de permitir que no se degraden ni erosionen tanto los terrenos. Ahí es donde deberíamos actuar también, porque eso genera empleo y bienestar medioambiental y social.

Periodista y militante de la HOAC de Canarias