Cristianos y cristianas de Bilbao llaman a oponerse al “pecado contra la justica y la ofensa a la dignidad humana” de la lógica militarista

Cristianos y cristianas de Bilbao llaman a oponerse al “pecado contra la justica y la ofensa a la dignidad humana” de la lógica militarista
“En un mundo marcado por la creciente militarización, el rearme y la violencia”, personas, comunidades y movimientos cristianos de Vizcaya hacen un llamamiento a oponerse a la lógica del militarismo, comprometerse con la paz y fomentar la cultura del encuentro.

Para profundizar en los desafíos que la actual situación plantea a quienes se inspiran en el Evangelio anunciado por Jesucristo, han convocado una jornada de encuentro, conversación, oración y propuesta para el 31 de mayo, de 10:00 a 13:30, en el colegio de los Escolapios de Bilbao.

Con el convencimiento de que “el momento de actuar es ahora”, los convocantes quieren levantar sus “voces contra el militarismo y el rearme, exigiendo a nuestros líderes que elijan la paz y la cooperación sobre la violencia y la destrucción”.

“Toda nuestra tradición nos ha enseñado que la paz verdadera no se puede construir sobre los cimientos de la violencia ni de la exclusión”, afirman en un comunicado en el que reconocen sentirse llamados, como cristianos y cristianas, “a cambiar nuestra mentalidad y a rechazar las estructuras que perpetúan la violencia y la desigualdad, especialmente aquellas que buscan el poder y el control a través de las armas”.

“En estos días recordamos con agradecimiento y cariño al papa Francisco, quien ha sido un incansable defensor del compromiso por la paz, frente a los caminos del miedo, la guerra y las armas”, expresan en la convocatoria, en la que también afirman que “resuenan especialmente sus palabras del Domingo de Resurrección sobre la imposibilidad de la paz sin un verdadero desarme, en contra de una carrera general al rearme y llamando a no ceder ante la lógica del miedo”.

Un sistema que sacrifica vidas y destruye el hogar común

El sistema económico mundial “alimenta una cultura de violencia que sacrifica vidas inocentes y destruye nuestro hogar común, el planeta”, al poner el lucro por encima de la vida humana, lo que contribuye, en expresión del papa, a una “economía que mata”, en la que las armas, el armamentismo y la violencia son vistos como soluciones, mientras que los recursos necesarios para el desarrollo humano y la justicia social se desperdician.

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Dentro de “la cultura del descarte”, el militarismo y la carrera armamentista son vistos cada vez más “como respuestas legítimas, no ya a la búsqueda de seguridad, sino como medios para la reactivación económica”, lo que, desde la mirada cristiana, “no solo es un pecado contra la justicia, sino una grave ofensa a la dignidad humana que Dios ha otorgado a cada una de sus hijas e hijos”.

Por ello, la comunidad cristiana entiende que está invitada a reconocer “esta lógica destructiva y a denunciarla”, a decir “no” al rearme, a la violencia que consume nuestros recursos y a la falsa promesa de seguridad que nos ofrecen las armas, y a reclamar más inversión en la educación, en la atención a las personas más pobres y vulnerables, en la construcción de puentes de entendimiento entre países y culturas, y en la promoción de una cultura de paz basada en el respeto y la fraternidad.

Igualmente, recuperan la propuesta del papa a “un cambio profundo: a rechazar la lógica del descarte y del poder militar, y a abrazar una economía al servicio de la vida, donde la justicia social, el respeto por la dignidad humana y la protección del medio ambiente sean la verdadera medida de nuestra prosperidad”.

“La paz no es simplemente la ausencia de guerra, sino el resultado de un compromiso continuo con la justicia y la vida para todas y todos. Este es el camino hacia una paz verdadera, que no solo es la ausencia de guerra, sino la presencia activa de justicia y amor en nuestras relaciones, nuestras decisiones políticas y nuestros compromisos globales”, declaran y exclaman “¡Que nuestra fe y nuestra acción se unan para transformar este mundo!”