El papa Francisco y la izquierda: por qué su mensaje importa (incluso si no eres creyente)

Ha muerto el papa Francisco. Su partida es un golpe fuerte para muchos, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Como creyente, me siento profundamente conmovido por su fallecimiento, pero reconozco que su mensaje tiene una trascendencia que va más allá de la religión, incluso para quienes no comparten su fe.
Más allá de ser un líder espiritual, Francisco fue un hombre de principios, que se enfrentó al capitalismo salvaje y que defendió a los más vulnerables con una fuerza y claridad que muchos políticos progresistas no tienen. Su voz resonó en el Vaticano de manera que convirtió la institución en un altavoz de luchas que, aunque no siempre las reconocemos como nuestras, son universales.
1. El Papa “rojo” (según los ricos)
En mi encuentro con él en 2016, en Roma, cuando estuvo con los movimientos populares, se hizo evidente que su mensaje iba más allá de los dogmas. Su crítica al sistema económico fue contundente, señalando sin tapujos a los responsables de la desigualdad: los bancos especuladores, las multinacionales que explotan al Sur Global y un sistema financiero que “ha convertido el dinero en un ídolo”. En Evangelii gaudium (2013) escribió algo que, para mí, sigue siendo un golpe directo al corazón del sistema capitalista: “No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle, pero sí que baja dos puntos la bolsa”. Este tipo de discurso, tan directo y claro, es algo que podemos abrazar todos los que luchamos por la justicia social.
2. Ecologista antes de que fuera tendencia
Cuando la crisis climática comenzó a llamar la atención global, Francisco ya había dejado claro su compromiso en Laudato si’, donde conecta la destrucción del medio ambiente con la injusticia social: “El gemido de la Tierra explotada se une al gemido de los pobres”. No solo fue uno de los primeros en desafiar el “mito del crecimiento infinito”, sino que también defendió el agua como un derecho humano. Son ideas que hoy en día comparten los movimientos ecofeministas y la izquierda verde, y que deberían preocuparnos a todos.
3. El Papa que abrió las puertas a los movimientos sociales
Lo que me impactó personalmente durante ese encuentro con él fue su capacidad de escuchar a los movimientos sociales. Nunca antes un Papa había dado tanto espacio a los sindicatos, cooperativas y colectivos de base. En el Vaticano se sentaron representantes de movimientos populares, desde Evo Morales hasta colectivos de fábricas recuperadas. Y no solo era un gesto simbólico: Francisco legitimó luchas que muchos gobiernos de izquierda, lamentablemente, ya habían dejado de lado.
4. Contra los muros, contra las derechas xenófobas
Mientras Trump levantaba muros en la frontera y Europa cerraba sus puertas a los refugiados, Francisco nos recordó que “un pueblo que construye muros en vez de puentes se encierra en la asfixia”. Durante su visita a Lesbos, abrazó a los refugiados y denunció como “hipócritas” a quienes hablan de cristiandad pero rechazan al migrante. Un mensaje directo a los que promueven políticas xenófobas como Vox o Meloni.
5. Las contradicciones (porque nada es perfecto)
A pesar de su tono cercano, seguía defendiendo posiciones conservadoras. Pero, aún en temas controvertidos, su actitud era más de comprensión que de juicio, como cuando dijo “¿Quién soy yo para juzgar?” sobre la homosexualidad.
En un mundo tan polarizado, su enfoque humanista siempre estuvo centrado en la pobreza y la justicia social.
¿Por qué recordarlo?
En un contexto donde la izquierda se fragmenta constantemente por purismos y debates internos, Francisco demostró que, incluso desde una institución conservadora como tiende a ser la Iglesia, se pueden desafiar las estructuras de poder.
No hace falta ser católico para valorar que un hombre con 1.300 millones de seguidores haya llamado “ladrones” a los banqueros o haya defendido derechos universales como “tierra, techo y trabajo”.
El Papa ha muerto, pero su crítica al poder —esa que tanto molestaba a los ricos y a los conservadores— sigue viva. Y ese legado, creas o no, es un legado que nos pertenece a todas y todos.

Concejal de Esquerra Unida-Podem en el Ayuntamiento de Alicante.
Cantautor. Militante de la HOAC de Orihuela-Alicante.