¡Buen camino, Francisco!

¡Buen camino, Francisco!
Encuentro del papa Francisco con trabajadores. (Siderúrgica ILVA, mayo 2017)

Estos doce años con el papa Francisco han sido un tiempo de Gracia. Nos hemos sentido acompañados. Ha sido como esas excursiones con los amigos en los que la compañía le da un valor nuevo al trayecto recorrido y al que nos queda por recorrer. El cansancio se torna alegría y te quedan ganas de seguir. Así ha sido. Este tiempo se nos ha hecho agradable y corto, nos hemos quedado con ganas de más. La vida del papa Francisco, el Papa de los “procesos” nos anima a seguir estos caminos de esperanza.

Los que vivimos comprometidos en la evangelización del mundo obrero nos sentimos muchas veces poco comprendidos y acompañados por la Iglesia. Con Francisco hemos tenido un chute de ánimo, “el gran tema es el trabajo” nos señalaba en Fratelli tutti.

Cuántas veces nos han dicho en nuestras comunidades parroquiales, con más o menos cariño, “el hijo pródigo ha vuelto”, y que pocas veces se han interesado por cómo nos va en el sindicato o en la asociación de vecinos, o como ha resultado este o aquel conflicto…

Con el papa Francisco hemos visto valorada nuestra presencia cristiana en el mundo. Al gastar una tarde con un trabajador o vecino con problemas, al comprometernos en este o aquel conflicto por unas reivindicaciones justas, o denunciando alguna la deshumanización a la que nos somete el sistema. En esos momentos, en ese tiempo gastado nos hemos sentido Iglesia, Iglesia misionera, Iglesia “hospital de campaña” en las periferias de la existencia humana.

Sus encuentros de Francisco con sindicalistas, con trabajadores de la economía formal e informal nos han ido confirmando en la urgencia de acompañar estas realidades.

También puedes leer —  El Papa critica las guerras que "alimentan una economía armada"

Sus gestos con los trabajadores, con los migrantes, con los pobres, con los presos… nos han hecho valorar la fuerza de lo pequeño, de los gestos humildes que transforman.

Otras de sus aportaciones ha sido la de relacionar el trabajo con el cuidado de la casa común. Un trabajo que contamina, que devora irracionalmente los recursos de la tierra, que no la restaura, que no cuida a la persona trabajadora…, no es trabajo digno. (Mensaje a la 109 Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT)

El magisterio del Papa Francisco nos pide volver la mirada hacia los últimos del mundo obrero: los descartados, los trabajadores pobres, los de la economía informal, etc. El magisterio anterior a Francisco nos hizo centrarnos en el trabajo formal, en el trabajador de la industria, de los servicios, y esto, quizá nos ha hecho distraernos y dejar en un segundo plano a los ignorados por este sistema económico.

Peregrinos de la Esperanza

Francisco se ha caracterizado por abrir caminos, procesos en los que nos ha ido implicando. No estaba en sus planes cerrarlos él, esa tarea nos la ha dejado a nosotros y nos ha dicho que “soñemos”, que no nos pongamos barreras en la construcción de esos caminos: “la esperanza no defrauda” (Bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025).