Mujeres cristianas reclaman plenos derechos e igualdad en la Iglesia: “No somos bautizadas de segunda”

Mujeres cristianas reclaman plenos derechos e igualdad en la Iglesia: “No somos bautizadas de segunda”
Mujeres cristianas se reunieron este domingo en la plaza de la Virgen de València para exigir igualdad en la Iglesia. Previamente se presentó el documento abierto al diálogo y a la incorporación de buenas prácticas sobre Equidad en tiempo sinodal

La protesta, convocada por Alcem la Veu, movimiento integrado por el Sector de la Mujer de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Donescreients y la asociación de teólogas Hágase, denunció la discriminación estructural que sufren las mujeres en la institución eclesial y reivindicó su plena participación en todos los ámbitos.

Un acto que forma parte de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia, una movilización que, con el lema “Creyentes y feministas. Por una Iglesia en igualdad” y con motivo del 8 de marzo, ha celebrado concentraciones similares en ciudades como Alicante, Barcelona, Bilbao, Madrid, Murcia, Santiago de Compostela, Zaragoza y tantas otras.

Una mesa compartida como símbolo

La convocatoria en València tuvo como eje central una representación en la que se recreó una mesa eucarística, con pan y vino, como símbolo de inclusión y denuncia. “Hoy Jesús, como hace dos mil años, nos invita a participar de una Iglesia que es banquete del Reino, fiesta y celebración. ‘Venid, venid a la mesa compartida’, nos dice”, proclamaron las organizadoras.

Durante el acto, diversas mujeres se acercaron a la mesa representando realidades de exclusión: “Que se siente en la mesa las mujeres de Gaza y su honor, aquellas que están sufriendo el horror de la guerra, las violaciones, el hambre, la muerte y la desolación.” También fueron llamadas las trabajadoras con empleos precarios, las que han sido silenciadas en la Iglesia y las que han sido rechazadas por su orientación sexual o identidad de género.

Como gesto, varias mujeres partieron el pan y lo distribuyeron entre las asistentes y el público, acompañadas del canto Mi cuerpo es comida, del obispo Pedro Casaldáliga.

En la segunda parte del acto, se dio lectura a un manifiesto en el que se denunció la desigualdad de género dentro de la Iglesia. “Alzamos la voz y nos manifestamos porque vivimos una profunda discriminación en la Iglesia y ha llegado el momento de decir ‘¡Basta ya!’”, reclamaron.

Alcem la veu rechazó la invisibilización de las mujeres en la institución y exigió una Iglesia igualitaria en todos los ámbitos: “Decimos basta a ser tratadas como bautizadas de segunda, como menores de edad y como causa de pecado.” También reivindicó cambios en la estructura eclesial para garantizar la participación de las mujeres en la toma de decisiones, el acceso a todos los ministerios y la reflexión teológica.

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En un contexto marcado por el proceso sinodal impulsado por el papa Francisco, la Revuelta de Mujeres en la Iglesia reclama una reforma profunda y estructural. “Sabemos cuál es el precio, pero no nos detendremos. Soñamos con un nuevo comienzo que ya está naciendo”, expresaron.

El acto concluyó con el lema de la convocatoria coreado por las asistentes: “Hasta que la igualdad se haga costumbre”, subrayando el compromiso de este movimiento con la lucha por una Iglesia más justa y sin exclusiones.

Buenas prácticas. Equidad en tiempo sinodal

Previamente, Alcem la Veu presentó en la Casa del Laicado, la guía Buenas prácticas. Equidad en tiempo sinodal, un documento de partida que fundamenta la necesidad de dar pasos hacia una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones y promover prácticas más inclusivas en la Iglesia. Un texto que además ha sido entregado al Arzobispo de Valencia para poder ser dialogado.

Este texto, abierto al diálogo y a la incorporación de buenas prácticas, es un intento de caminar juntas y juntos en una Iglesia que se abre a los signos de los tiempos. La publicación se enmarca en el proceso sinodal, en el que el papel de las mujeres ha sido una de las cuestiones centrales. De hecho, la asamblea sinodal concluyó que “no hay ninguna razón para que no asuman las funciones de liderazgo: lo que viene del Espíritu Santo no puede detenerse”.

La guía propone seis líneas de acción para avanzar en la equidad eclesial, entre ellas la apertura de un diálogo sobre la situación de las mujeres en la diócesis de Valencia, equilibrar derechos y responsabilidades, la formación como herramienta de cambio, la revisión del lenguaje teológico y la acogida de víctimas de desigualdad y descartadas del sistema.