El Círculo del Silencio de Huelva visibiliza la doble discriminación de las mujeres migrantes
Unas 90 personas participaron en este acto de oración, denuncia y solidaridad convocado por la Iglesia diocesana. Durante este gesto público se denunció que la migración ya tiene “rostro de mujer” y se enfrentan una vulnerabilidad extrema
Como cada último miércoles de mes, el Círculo de Silencio de Huelva, convocado por el Secretariado Diocesano de Migraciones, junto a diversas entidades entidades eclesiales y sociales como Cáritas, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Huelva Acoge, etc., volvió a convertirse en un espacio de oración, denuncia y solidaridad.
En esta ocasión, el acto centró su mensaje en la doble discriminación que sufren las mujeres migrantes, con motivo de la cercanía del 8 de marzo, tanto por su condición de migrantes como por razón de género. Además, contó con la presencia de Canal Sur TV que cubrió el evento y lo incluirá en su programa Solidarios del próximo domingo.
La concentración, que reunió a unas 90 personas, fue un gesto de cercanía y sensibilización con quienes enfrentan una vulnerabilidad extrema. Además se visibilizó el compromiso de la Iglesia diocesana frente a esta injusticia, promoviendo la cultura de la hospitalidad y defendiendo los derechos y el reconocimiento de las mujeres migrantes.
El manifiesto, elaborado en esta ocasión por Cáritas diocesana, denunció que “la migración ya tiene rostro de mujer”, en un contexto donde las crisis humanitarias y los desplazamientos forzosos afectan de manera desproporcionada a mujeres y niñas. “Cada vez más migran por su cuenta como cabezas de familia”, recoge el texto, subrayando que muchas se ven expuestas a múltiples formas de violencia, trata de seres humanos y explotación sexual.
Doble discriminación
Según el informe de Naciones Unidas citado en el manifiesto, las mujeres representan aproximadamente la mitad de la población migrante en el mundo. Sin embargo, la discriminación y la invisibilización persisten: “Las migrantes se enfrentan a una doble discriminación, como mujeres y como migrantes”, se denunció.
El texto subrayó que las mujeres migrantes están expuestas a desigualdades y abusos por partida doble. Por un lado, enfrentan los riesgos asociados a su condición de migrantes: racismo, precariedad laboral, falta de acceso a derechos y una mayor exposición a la explotación. Por otro, como mujeres, sufren violencia de género, abusos sexuales y exclusión de los servicios básicos.
“Carecer de recursos, sistemas de apoyo y conocimientos para buscar ayuda aumenta la vulnerabilidad de las mujeres migrantes a padecer riesgo de violencia de género, incluida la violencia sexual”, advierte el manifiesto.
Además, el círculo subrayó que muchas mujeres migrantes llegan a sus países de destino embarazadas o con hijos, lo que agrava su vulnerabilidad: “Mientras viajan, o durante el caos del desplazamiento, las mujeres pueden perder el acceso a la asistencia sanitaria sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar, los servicios prenatales y la asistencia para tener un parto seguro”.
Además, se puso de relieve que el 71% de las víctimas de trata de seres humanos en el mundo son mujeres y niñas, según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
“Las mujeres migrantes y refugiadas desempeñan un papel central como sostén de sus comunidades y economías”, pero siguen sin ser reconocidas. “Pedimos que los compromisos mundiales incluyan el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas como principios subyacentes”, concluyó el círculo.
Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)
