Víctor Resco, autor de “Ecomitos”: «Necesitamos acciones basadas en la evidencia que, de verdad, frenen la crisis ambiental»

Víctor Resco, autor de “Ecomitos”: «Necesitamos acciones basadas en la evidencia que, de verdad, frenen la crisis ambiental»

Víctor Resco es profesor de Ingeniería Forestal en la Universidad de Lleida, experto en Ciencias Ambientales, especialmente en la lucha contra los incendios forestales, ha escrito el libro Ecomitos. Los bulos ecológicos agravan la crisis ambiental, con el que busca aumentar el conocimiento de la ciudadanía para afrontar la actual la crisis ecosocial.

¿Cómo valora el resultado de la última cumbre del Clima?

Solucionar el problema del cambio climático no entra dentro de la agenda de los mandatarios. Muchos aspavientos y «acuerdos históricos», que se traducen en pocos cambios reales o acuerdos insustanciales. Todo se reduce a una cuestión económica.

Un ejemplo lo tenemos en el reciente despegue de las energías renovables: han sido marginales hasta que han resultado lo suficientemente baratas para expandirse a gran escala. Hasta que no se desarrollen tecnologías que sean más limpias y menos costosas, probablemente no veremos grandes cambios en nuestro modelo de producción.

¿Se puede considerar al papa Francisco como uno de los pocos líderes mundiales verdaderamente comprometidos con la conservación del planeta y la transición justa?

Laudato si’ tuvo mucha repercusión y su publicación, antes de la cumbre climática de París, seguramente influenció, en mayor o menor medida, al éxito de esa cumbre. Hay artículos que analizan el impacto de esa encíclica. Junto a él, también encontramos a líderes como António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, que hacen continuamente llamamientos en esa dirección. Imagino que ayuda a concienciar sobre la magnitud del problema entre los creyentes y espero que sirvan para entender mejor la dimensión social de la crisis ambiental global.

¿Corremos el riesgo de acostumbrarnos a vivir al borde del abismo?

Es cierto que la crisis climática es real, y muy grave, pero conviene no exagerar la magnitud ya que puede generar cierta desafección e incluso incredulidad. Actualmente estamos en la senda de un calentamiento de unos 2,5° de aquí a finales de siglo. Esto es una barbaridad que implica un aumento drástico en la frecuencia y en la intensidad de las olas de calor, una redistribución de las precipitaciones y un cambio generalizado en las condiciones climáticas que experimentamos, que podría conllevar grandes incendios e inundaciones, pero también cambios incluso en cultivos como el vino o la cebada. El clima determina el turismo, los cultivos, la industria, la ecología y un sinfín de actividades socioeconómicas. Si cambia, la sacudida se traslada inmediatamente a todos los sectores y, como siempre, los más vulnerables se llevan la peor parte.

Hay tiempo para la adaptación,
pero vendrá acompañada de mucho
sufrimiento, un coste económico muy
elevado y con nuevos riesgos
a todos los niveles, incluidos
para la salud

Esto no quiere decir que el mundo se vaya a acabar pasado mañana: hay tiempo para la adaptación, y podemos hacer mucho para adaptarnos, pero esta adaptación vendrá acompañada de mucho sufrimiento, un coste económico muy elevado y con nuevos riesgos a todos los niveles, incluidos para la salud. Para corregir esto, debemos hablar más sobre la adaptación, no tanto sobre las desgracias que pueden ocurrir.

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