Responsabilidad global ante el cambio climático
«Las Naciones Unidas no fueron creadas para llevarnos al cielo, sino para salvarnos del infierno». Esta cita de Dag Hammarskjöld, exsecretario general de las Naciones Unidas, resuena en mi mente cada vez que se acerca la Conferencia de las Partes (COP por sus siglas en inglés).
En menos de un mes vuelven a reunirse, como cada año, los 198 países que firmaron en 1992 la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En ella se comprometen a actuar conjuntamente para estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero «a un nivel que impida interferencias antropógenas (inducidas por el hombre) peligrosas en el sistema climático». Esta vez, la conferencia se celebrará en Bakú del 11 al 22 de noviembre. Algunos la han llamado la «COP de las finanzas» porque lo que ahora está en juego es fundamentalmente el dinero. Ingentes cantidades de dinero.
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Activista climática, filósofa y artista