La peor “gota fría” se cobra decenas de vidas y “atrapa” a miles de trabajadores que no han podido volver a sus casas

La peor “gota fría” se cobra decenas de vidas y “atrapa” a miles de trabajadores que no han podido volver a sus casas
Valencia sufre “la peor” gota fría del siglo, asegura la Agencia Estatal de Meteorología. La peor de las consecuencias de este fenómeno meteorológico es la pérdida de vidas humanas. En el momento que escribo estas líneas, son 62 personas las que han fallecido en la provincia. Los desaparecidos se cuentan por decenas.

Centenares son los trabajadores y las trabajadoras que siguen en los polígonos industriales, sin volver a casa, al haberse quedado atrapados desde anoche en sus centros de trabajo o en sus vehículos –sin comida ni agua–. ¿Tendrían que haber estado allí cuando ya era conocido el riesgo? Rotundamente, no.

El impacto de las lluvias torrenciales es demoledor y el paisaje: dantesco.

A primera hora de la mañana, muchos trabajadores y trabajadoras dudaban sobre la conveniencia de ir o no a trabajar. Era imposible el desplazamiento, pero las precariedades y los mensajes recibidos en su teléfonos móviles obligando a ir a los centros de trabajo se convertían en mi primera conversación del día.

Una de mis vecinas, agarrando de la mano a su hija de corta edad, me acercaba a esa realidad con cierta ansiedad –y miedo–. “Me llaman del trabajo para que vaya obligatoriamente”. Ella es camarera en un bar del valenciano barrio de Campanar.

“Los acceso están anegados, no se puede salir de Xirivella –localidad donde se produce la escena– y, además, la alerta que hemos recibido, indica que evitemos desplazamientos, es mucho riesgo”, le digo. Ella añade, “además, mi marido no ha podido volver a casa al quedarse atrapado en la empresa donde trabaja”.

¿Qué debemos hacer en estos casos?

Los sindicatos aconsejan ponerse en contacto con los delegados o las delegadas en las empresas para resolver cualquier duda o llamar directamente a sus sedes para recibir asesoramiento. El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 4, subraya el derecho a la integridad física y a una adecuada política de prevención de riesgos laborales.

Así, con el aviso de alerta a la población que se ha realizado por las autoridades políticas y de protección civil y la imposibilidad de acudir sin riesgo al centro de trabajo –demostrable con fotos que puedes hacer con el teléfono–, se considera que una trabajadora, como mi vecina, estaría eximida de ir al puesto de trabajo, ya que su situación está “recogida dentro de estos supuestos, igual que lo estaría la causa de fuerza mayor a la hora de la interrupción de la actividad”, asegura Daniel Patiño, sindicalista de CCOO del País Valenciano.

Ante este panorama, los empresarios deben proteger la vida y la salud de sus trabajadores y trabajadoras, también “frente a cualquier riesgo relacionado con fenómenos meteorológicos adversos, como el que estamos sufriendo en nuestro territorio”, asevera Patiño.

Por eso, las organizaciones de trabajadores y de trabajadoras piden un ejercicio de responsabilidad a las empresas para cuidar y proteger la vida y la salud de sus trabajadores y trabajadoras.

Además, instan “a las autoridades laborales a dotar de mecanismos de vigilancia y control”, ante los atropellos de derechos laborales que ya se están produciendo.

En este sentido, los sindicatos han reforzado su atención ante “las imposiciones empresariales” que pudieran causar un perjuicio a los trabajadores y las trabajadoras, así como aquellos problemas derivados de la inasistencia al puesto de trabajo por riesgo grave.

Solidaridad y ayuda

Los mensajes y las llamadas de familiares y amistades han sido continuos durante toda la mañana. El WhatsApp también ha aparecido inundado de solidaridad.

Con este mismo sentir, se ha expresado la Iglesia española a través de un mensaje de su presidente, Luis Argüello. Un mensaje de condolencias compartido por la Iglesia diocesana que, además, ofrece sus instalaciones y medios para ayudar a atender este drama.

Por su parte, Cáritas diocesana ha creado un comité de emergencia, para coordinarse con las distintas administraciones y entidades que ya están trabajando en paliar y ayudar a las personas y zonas afectadas. Además, la entidad ha puesto en marcha una campaña de emergencia con dos números de cuentas, para canalizar la ayuda económica y solidaridad de todas las personas que en estos momentos quieren ayudar.

Entran algunos mensajes más que me producen alivio. Amistades que encuentran a familiares. Aún me queda por saber de militantes hoacistas que están incomunicados en Picanya, una de las zonas más devastadas.

El agua remite, pero el bloqueo de la ciudad persiste. Mientras tanto, en las calles codo a codo, comienzan las tareas para volver, en silencio –solo se oye el barrido de un agua embarrada–, a cierta normalidad que tardará en llegar.