Trabajo precario y pobreza: el drama oculto de miles de familias en Córdoba, según la Iglesia diocesana

Trabajo precario y pobreza: el drama oculto de miles de familias en Córdoba, según la Iglesia diocesana
La Iglesia de Córdoba publica un estudio que analiza el mundo del trabajo y la situación de las familias obreras, en el que constata que el desempleo, la precariedad, la temporalidad, el trabajo a tiempo parcial y las malas condiciones del empleo están la causa de la pobreza y la exclusión social.

El Secretariado Diocesano para la Pastoral del Trabajo de Córdoba ha presentado un estudio sobre la evolución del empleo y el mundo del trabajo en la provincia y las condiciones de vida de las familias obreras.

La investigación, que busca ofrecer una herramienta de reflexión para la comunidad eclesial y la sociedad cordobesa, analiza los cambios recientes en la situación del empleo, así como los desafíos que afectan a las personas trabajadoras y a las familias más vulnerables, que “están viendo sus vidas truncadas por la falta de empleo o por la precariedad y las malas condiciones en las que este se produce”.

Crecimiento del empleo y precariedad estructural

El estudio destaca un crecimiento de la población activa en 16.800 personas, así como una disminución de la tasa de paro, que se sitúa en el 15,43%, la más baja desde 2008. Este avance también se refleja en una mayor estabilidad del empleo, con un incremento de más de 9 puntos en la contratación indefinida respecto al año 2022. Sin embargo, el análisis advierte de la fragilidad de este contexto, señalando que el mercado de trabajo de Córdoba “es muy atomizado en pequeñas empresas, de las que casi el 74% no superan los 5 trabajadores y el 94% los 10”.

Además, el informe pone el foco en la persistente economía sumergida, que se estima entre el 30% y el 40% del PIB según los sectores, y en la excesiva dependencia de la economía cordobesa de sectores como el turismo y el agroganadero. La estacionalidad en la contratación, la movilidad geográfica, la brecha de género y la pérdida de población –casi 22 mil habitantes en la última década– son otros de los problemas estructurales que persisten.

Pobreza y exclusión: un reto para la Iglesia y la sociedad

El informe subraya que, a pesar de la mejora en los datos de empleo, muchas familias obreras de la provincia continúan en situación de pobreza debido a la precariedad laboral. Córdoba cuenta con cuatro barrios entre los 16 más pobres de España (Palmeras, Guadalquivir, Sector Sur y Moreras) y el 35% de los menores de 18 años se encuentran en riesgo de pobreza. Además, 80.000 hogares cordobeses (14%) sufren pobreza energética, y en 2023 se ejecutaron casi 300 desahucios, a pesar de que la moratoria evitó más de cuatro mil.

También puedes leer —  Las comunidades autónomas recortan las rentas mínimas de quienes viven bajo el umbral de la pobreza

El informe también refleja la gravedad de la siniestralidad laboral, con un promedio de 26 accidentes diarios, 7 de ellos graves al mes y 17 fallecidos a lo largo del año, lo que el secretariado diocesano denomina como “la cara más oculta y siniestra de la precariedad”. Esta realidad lleva a la reflexión de que “para muchas personas el trabajo sigue siendo indecente y no les posibilita salir de la pobreza y tener una vida digna”.

La dignidad del trabajo, una prioridad para la Iglesia

Desde la pastoral del trabajo, se afirma que esta situación plantea un reto para la Iglesia en Córdoba, con tres constataciones fundamentales: “1. Que el desempleo, la precariedad, la temporalidad, el trabajo a tiempo parcial y las malas condiciones del empleo están en la causa de la pobreza y la exclusión social. 2. Que la dignidad del trabajo y el trabajo digno y decente son prioritarios para nuestra Iglesia. 3. Que la Pastoral del Trabajo es una Pastoral imprescindible para el conjunto de nuestra Iglesia”.

El análisis busca ser “un servicio a toda la sociedad cordobesa y al propio mundo del trabajo” y un llamado a “seguir practicando la caridad, tanto la individual como la caridad social y política, que no es otra cosa que trabajar desde el amor por la justicia”.

La Iglesia, desde su misión evangelizadora, se propone mantener el compromiso de caminar junto a las personas más vulnerables, discerniendo la realidad del mundo del trabajo desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.