El papa Francisco en Singapur: “hay que garantizar un salario justo a los trabajadores migrantes”
El papa Francisco volvió a defender “la dignidad de los trabajadores migrantes”, para los que pidió “garantizarles un salario justo ante las autoridades de Singapur” en la última jornada de su visita por Asia y Oceanía.
“Espero que se preste una particular atención a los pobres, a los ancianos (…) y a la tutela de la dignidad de los trabajadores migrantes que tanto contribuyen a la construcción de la sociedad, y a quienes hay que garantizarles un salario justo”, declaró el pontífice argentino.
La etapa de 48 horas en Singapur, una ciudad-estado de seis millones de habitantes, es la última de su larga gira de doce días que le ha llevado también a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental.
Singapur, con una población de más de 5,5 millones, tiene más de 300.000 trabajadores migrantes, la mayoría de Bangladés, India o China, que contribuyen a la construcción de sus imponentes rascacielos y sus infraestructuras, pero también atienden las labores de cuidado de las familias.
Esta ciudad-Estado y país insular que logró su independencia en 1965 es uno de los países más desarrollados de Asia, gracias a su industria y su tecnología. La mayoría de población de esta isla tropical procede de china, pero también tiene de importantes minorías malayas, indias y euroasiáticas.
En su discurso, Bergoglio subrayó la importancia de que el país “no sólo haya prosperado económicamente, sino que se haya esforzado por construir una sociedad en la que la justicia social y el bien común se tengan en gran estima”.
En particular se refirió a las medidas “para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos mediante políticas de vivienda pública, con una educación de alta calidad y un sistema sanitario eficiente” y confesó su esperanza en que “estos esfuerzos continúen hasta lograr que todos los habitantes de Singapur participen plenamente”.
En este momento de su alusión, aludió al riesgo que conllevan “un cierto tipo de pragmatismo y una cierta exaltación del mérito, es decir, la consecuencia involuntaria de legitimar la exclusión de aquellos que se encuentran al margen de los beneficios del progreso”.
Tras reconocer “las variadas políticas e iniciativas puestas en marcha para sostener a los más débiles” mostró su deseo de que “se preste una particular atención a los pobres, a los ancianos —cuyos esfuerzos han plantado los cimientos del Singapur que hoy conocemos— y también para tutelar la dignidad de los trabajadores migrantes, que tanto contribuyen a la construcción de la sociedad, y a quienes hay que garantizarles un salario justo”.
Redactor jefe de Noticias Obreras