Trabajadores cristianos de Valencia piden cuidar el trabajo en el comercio y la hostelería

Trabajadores cristianos de Valencia piden cuidar el trabajo en el comercio y la hostelería
Trabajadores cristianos de Valencia denuncian la alta precariedad en sectores como el comercio y la hostelería, y entre las mujeres y personas migrantes, por lo que priorizarán la estrategia de cuidados del trabajo en estos ámbitos, junto con otras entidades.

En la asamblea final de curso de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Valencia, se han presentado las conclusiones de la primera fase diocesana de la campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”, dedicada a analizar el alcance de la precariedad laboral, entendida como aquellas condiciones que impiden y dificultan el cuidado y el respeto a la dignidad de las personas y familias trabajadoras, en los ámbitos en los que está presente la militancia de esta organización de la Acción Católica especializada en el mundo obrero.

Las malas condiciones de trabajo, con largos horarios, bajos sueldos e impedimentos para la conciliación entre el trabajo y las vidas personales y familiares, son una constante en muchos barrios de la diócesis.

En particular, según las respuestas recogidas a través de una encuesta realizada por los diversos equipos de militantes hoacistas de la diócesis de Valencia, la precariedad domina las relaciones laborales en sectores de actividad como el comercio y la hostelería, cebándose especialmente con las mujeres y migrantes, con consecuencias para su salud física y mental, pero también para la satisfacción de necesidades básicas, incluido el acceso a la cesta básica y la vivienda.

Por el contrario, en las actividades dependientes de las Administraciones, con mayor regulación y supervisión, donde los sindicatos están presentes e instituciones atentas a las personas, las relaciones laborales tienden a cuidar a los trabajadores y las trabajadoras.

La militancia de este movimiento de la Iglesia diocesana ha coincidido en señalar la importancia de extender la comprensión del trabajo también al no remunerado, tanto por su valor social como por su extensión, ya que incluye a personas más vulnerables excluidas de las relaciones labores clásicas, como a personas jubiladas.

De ahí surge un primer compromiso fundamental: el reconocimiento debido a las actividades no remuneradas, sin olvidar, además que en la gran mayoría de los casos se trata de ocupaciones muy feminizadas.

Es cierto que el trabajo puede ser espacio de realización y compromiso donde se cuida y se fomentan los cuidados y la vida, gracias a empresas que cuidan a las personas trabajadoras y, dentro de sus posibilidades, facilitan el cuidado y la conciliación.

Pero, muy a menudo, se convierte en espacio de precariedad y competitividad, donde no se cuida la vida e incluso empeora la salud de las personas trabajadoras. En ocasiones, incluso, se da por hecho que para progresar profesionalmente hay que renunciar a los cuidados y al tiempo vital fuera del trabajo.

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La dedicación absoluta, la autoexploración o el clasismo, en algunos casos, dan lugar a relaciones tóxicas en el trabajo.

El valor del trabajo

La encuesta realizada por la HOAC de Valencia ha puesto de manifiesto que el valor del trabajo radica, más que en consideraciones económicas, en lo que contribuye al avance de la sociedad en todos sus órdenes, con especial impacto en las relaciones humanas y el respeto a la casa común.

Las organizaciones de trabajadores se muestran muy conscientes de las consecuencias que tiene la precariedad y abogan por medidas de conciliación, de reducción del tiempo dedicado al empleo e incluso han llegado a promover un pacto de cuidados.

Por su parte, entidades eclesiales como las comunidades parroquiales e incluso Cáritas, a veces parecen, resignarse a aceptar la precariedad como parte inherente del trabajo, especialmente en tareas domésticas.

Las Administraciones muestran casi una absoluta falta de sensibilidad en cuando a promover y facilitar la cultura del cuidado del trabajo y las personas trabajadoras, además de presentar grandes lagunas a la hora de resolver los problemas laborales, si bien, hay excepciones, como es lógico, normalmente asociadas a la movilización social, con un papel destacado de los militantes pertenecientes a sindicatos.

Cultura del cuidado

La HOAC de Valencia, tras la presentación de este primer diagnóstico de la situación de los cuidados en la diócesis, aspira a profundizar en la actual campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”, por un lado, ahondando desde el punto de vista teológico en la llamada a hacerse responsable del prójimo a través de las relaciones de cuidado mutuo y, por otro, a continuar reflexionando sobre ello.

Además, ha hecho un llamamiento a la militancia a reenfocar sus compromisos y actitudes a la luz de estos primeros resultados de la campaña, a visibilizar la falta de cuidados que afectan a la población trabajadora más vulnerable y promover el diálogo y el encuentro con otras entidades sociales y eclesiales en torno a la cultura del cuidado, con miras a establecer actuaciones conjuntas.

En desarrollo de la campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida” en sus pasos iniciales en la diócesis trata de superar la visión idealizada del trabajo, ante tantas realidades imbuidas por el pensamiento dominante capitalista, para fomentar condiciones de trabajo y de vida que atiendan las necesidades humanas, respetando la dignidad infinita de las personas y el valor más profundo del trabajo.