Maru Megina emplaza a una acción global por la justicia social en el consejo internacional del movimiento de trabajadores cristianos

Maru Megina emplaza a una acción global por la justicia social en el consejo internacional del movimiento de trabajadores cristianos
FOTO | Marimar González (I) y Maru Megina, responsable de Compromiso y Relaciones Internacionales; y presidente general de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), respectivamente, en el acto de apertura del consejo internacional del MMTC en Murcia. Vía Joaquín Ruiz
En la apertura del Consejo Internacional del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), que se está realizando Murcia hasta el próximo 16 de julio, Maru Megina, presidenta general de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), destacó la urgencia de abordar los desafíos sociopolíticos actuales desde la perspectiva de la solidaridad y la justicia social.

“Es un placer y un orgullo dar la bienvenida a España a nuestros hermanos y hermanas del MMTC”, expresó Megina, subrayando la importancia de la colaboración y el compromiso global para hacer frente a las injusticias del mundo del trabajo. “Vuestra aportación es necesaria como impulso para todos los movimientos de trabajadores cristianos desde el convencimiento de que debemos trabajar a nivel global”, apuntó.

En su intervención en el acto de apertura del consejo internacional, en el que también participaron la copresidenta del movimiento mundial, Christine Isturiz, la responsable de UGT, Encarna del Baño, y el presidente diocesano de la HOAC, Pedro J Navarro que presentó la realidad sociolaboral y eclesial, Megina señaló las crecientes injusticias generadas por un sistema neoliberal implacable. “Estamos viviendo un tiempo especialmente difícil en el que la desigualdad, la deshumanización y el empobrecimiento están alcanzando extremos nunca antes vividos”, declaró, enfatizando la importancia de colaborar para transformar la realidad social en un momento de cambio de época en nuestra sociedades, marcado por el aumento del “individualismo y la indiferencia ante el sufrimiento de muchas personas”.

En clave de justicia social

En este sentido, Megina destacó que la buena noticia, deben nacer de la comunión y de la comunidad, que permitan responder a las situaciones de sufrimiento en el mundo del trabajo en clave de justicia social, siendo más pueblo organizado “para poder resistir, luchar y recrear una sociedad más fraterna. Hacer esto y hacerlo a nivel mundial es un reto de dimensiones enormes. Por eso queremos animaros en esta tarea, a seguir trabajando por la justicia social, –una llamada insistente de la OIT que acaba de poner en marcha una coalición mundial para su impulso y un término que no acepta el sistema económico, según el papa Francisco— por el trabajo digno y por una economía que esté al servicio de todos y todas, una economía para la vida”.

También puedes leer —  Comunicando desde el cuidado del trabajo
FOTO | Miembros del consejo internacional del MMTC con representantes de la HOAC. Vía Joaquín Ruiz

Asimismo, Megina expresó su anhelo para que los movimientos de trabajadores cristianos profundicen, desde la luz que aporta el magisterio social de la Iglesia, en las respuestas que deben ayudar a cuidar a las personas trabajadoras y cuidar de la casa común. “Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo”, señaló recordando al papa Francisco.

La presidenta de la HOAC reafirmó, además, el compromiso de este movimiento de trabajadores y trabajadoras cristianas de la Iglesia española con la defensa de los derechos laborales y sociales, particularmente entre quienes peor lo están pasando, así como con la promoción de una cultura del cuidado, que “nos humaniza y nos hace hermanos y hermanas”, dentro de la Iglesia y en la sociedad en general.

“Contad con nosotros para todo aquello que necesitéis”, aseguró, subrayando la disponibilidad de su movimiento por seguir reforzando las acciones y retos del MMTC en la búsqueda de un mundo del trabajo más humano y solidario, que pasa también por “llevar a nuestros compañeros y compañeras de trabajo, amigos, vecinos y ciudadanos un mensaje claro: que Jesucristo tiene un proyecto de vida y de felicidad para cada uno y cada una, y que tenemos que llevarlo a todas partes para que se haga presente otra nueva humanidad en esta tierra”, concluyó.