España es un país pobre solo según el color del indicador con el que se mire
¿Es España un país de pobres? Algunos titulares de prensa y algunos datos, como los que recientemente ha publicado la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español en su informe que todos los años analiza el estado de la pobreza, parecen llevar a esa conclusión.
Los resultados del informe son, como poco, desconcertantes y desalentadores, pues según el indicador europeo AROPE, en España hay alrededor de un 26% de personas en situación de privación material severa. Más abajo haré referencia a cómo se construye este indicador y qué mide o cómo afecta de manera muy diversas a los diferentes tramos de edad y sexos.
Sin embargo me gustaría empezar estas reflexiones analizando estos datos con cierta perspectiva y cuidado, pues todo depende de cómo definamos pobreza.
Efectivamente, según el índice más sencillo y global, el del Banco Mundial, sería pobre aquella persona que vive con menos de 2,15 dólares al día. En España, de acuerdo con los datos del propio Banco Mundial, apenas un 0,6% de la población (el dato mas reciente es de 2021) estaría en esta situación y ocuparía un destacado decimoquinto puesto en el ranking de los países mas ricos del mundo según su PIB.
El PIB per cápita, que es otro buen índicador del nivel de vida, fue en 2023 de 30 320 euros, lo que supone ser el país número 37 sobre los 196 países estudiados. El ranking Doing Business, que clasifica los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios, sitúa a España en un honroso puesto 31 sobre los 190 que lo conforman.
España es una de las principales potencias económicas
Es cierto que hay otros indicadores, como un desempleo alrededor de un 12% de la población laboral, una alta deuda (107,7% del PIB) o un IPC todavía algo descontrolado, que matizarían estas cifras, pero España no deja de ser una de las primeras potencias económicas del planeta, al menos en cifras macroeconómicas.
Si se tiene en cuenta el IDH (Índice de Desarrollo Humano) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, España es el país número 27 del mundo en esta clasificación, con un valor de 0,911. El IDH, creado en 1990 por el premio Nobel de Economía en 1998 Amartya Sen y el también economista Mahbub ul Haq, mide no solo la riqueza en términos económicos sino, además, el acceso igualitario a la educación y la esperanza de vida como indicadores de riqueza.
Así las cosas, parece que la respuesta a la pregunta con la que iniciábamos este artículo sería negativa. No, España no es un país pobre.
Cambiemos, pues, el sentido de la misma: ¿es España un país de pobres? Aquí la respuesta es, sin duda, matizable también, pero algo menos contundente.
Efectivamente, el informe de EAPN arriba reseñado indica que algo más del 20% de la población española sufre algún tipo de carencia o está en riesgo de pobreza y exclusión.
El propio Banco Mundial, que coloca a España en una posición privilegiada en cuanto a riqueza nacional, también calcula que es un país con cierta desigualdad: un 33% en el índice GINI, que es un índice que cuanto más se acerca a 0 más cerca se está de la igualdad (todas las personas que habitan un país tienen los mismos ingresos) y cuanto más cerca del 1 más perfecta es la desigualdad. Un 0,33, sin ser malo, indica que estamos desviados en un 33% de la línea de igualdad perfecta en la que un determinado porcentaje de la población (pongamos un 20) se lleva el 20% de la riqueza, un 40 el 40%, etc.
Así que quizás la respuesta a nuestra pregunta sea mas bien que España es un país relativamente desigual. Los ricos son pocos, los pobres son muchos. Pero veamos si esto se sostiene con las cifras AROPE.
Para empezar, hay que decir que AROPE es un indicador europeo que marca lo cerca o lejos que se está de un cierto nivel de vida calificado como ideal para las y los ciudadanos europeos. Una persona está en situación AROPE (de At risk of Poverty And Exclusion) si cumple al menos uno de los tres criterios siguientes: está en riesgo de pobreza, está en privación material y social severa o vive en un hogar con baja intensidad de empleo.
Centrándonos en la privación material severa, esta mide si una persona que vive en este continente puede mantener un nivel de vida similar al de sus conciudadanos. No hay espacio aquí para explicarlo en profundidad, pero resumidamente se puede decir que si una persona “puntúa” positivamente en alguno de los 13 indicadores, menos posibilidades tiene de vivir bajo estos estándares.
Pobreza y consumo de proteínas
Alguno de esos indicadores son no poder comer proteínas tres veces a la semana, no permitirse vacaciones una semana al año, no poder mantener el hogar a una temperatura confortable, no disponer de coche o no poder reunirse con familiares y amigos una vez al mes. Como se puede observar, son indicadores de vida que podrían equipararse a “de clase media”.
Pues bien, aquí sí: en España, algo más de una cuarta parte de la población no puede vivir la vida media de un europeo. Esto se agudiza si se es mujer (27,5%) o menor de 16 años (34,5%), aunque sorprendentemente no tanto en personas mayores de 65 (20,9%), que son las que salen mejor paradas en este análisis. Quizás esto se deba a que el modelo de Estado del bienestar español hoy por hoy todavía es capaz de garantizar pensiones más o menos dignas a los jubilados.
El informe concluye que “las tasas de pobreza y exclusión se mantienen altas y constantes desde hace décadas, lo que evidencia un problema de carácter estructural resultado del sistema de organización de la sociedad”, lo cual no hace sino corroborar la hipótesis central de este artículo. España no es un país pobre, pero sí hay muchos pobres en su territorio.
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Artículo publicado originalmente en The Conversation
Profesor.
Director de la Consultoria Social Empresarial ICADE
Universidad Pontificia Comillas