María José Ibáñez, receptora de subsidio por desempleo: «El subsidio es necesario mientras buscas trabajo o te formas para encontrar uno»
En España hay más de medio millón de hogares que no reciben ningún ingreso. La segunda semana de enero de 2024, el Congreso no pudo aprobar el aumento del subsidio por desempleo, de unos 400 euros, que cobran las personas que han agotado la prestación y no tienen otra fuente de ingresos. Tampoco aceptó otras modificaciones de dicho subsidio que permitía compaginar su cobro con un sueldo en algunos supuestos.
María José Ibáñez ha trabajado mucho y en cosas muy variadas. Hasta el año 2012 fue tapicera, durante 20 años, en la industria del mueble, la más importante de su localidad, Yecla (Murcia). Con la crisis, la empresa cerró y se quedó en el paro cuando iba a ser madre. Después superó un cáncer de mama y decidió que, en su vuelta al trabajo, iba a tener en cuenta lo que había vivido en esos años. «En el mueble ofrecían puestos de nueve y diez horas, trabajando hasta los sábados y decidí cobrar el paro durante dos años y formarme para cambiar de trabajo». Así que desempolvó el título de auxiliar de enfermería y sustituyó la baja de una amiga, también con cáncer, en una clínica privada de diálisis.
Ahí ha estado en los últimos años, enlazando sustituciones y bajas y encadenando trabajos precarios relacionados con los cuidados
–como tantas mujeres–, hasta que ha consumido el paro que le quedaba. Ahora cobra un subsidio de 400 euros. Mientras, se sigue formando, estudia francés y se ha presentado a oposiciones para varios puestos de funcionaria.
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Periodista.
Responsable de Comunicación de Cáritas Valencia.
Militante de la HOAC