Cumbre del «negocionismo»
La COP28, en el año más caluroso desde que se tienen registros, ha tenido como sede Dubái, Emiratos Árabes Unidos (EAU), una amenaza para el éxito de la cumbre, auguraba Amnistía Internacional.
El acuerdo final, para Ecologistas en Acción «decepcionante, insuficiente y plagado de coladeros», ha confirmado el augurio.
Se trataba de hacer balance de los Acuerdos de París y concretar medidas, y el premio ha sido para el lenguaje vago, la ausencia de plazos y la escasez de verbos de acción tanto en las fechas para poner fin al gas y al petróleo como en la financiación, sobre todo en el fondo de pérdidas y daños, cuyo objetivo es compensar a los países más vulnerables y ayudarles en la transición energética, por el rechazo de los países industrializados.
Juan Bordera titulaba un interesante artículo publicado en ctxt: «La COP de los combustibles fósiles». Buen titular porque eran un asunto crucial, porque se celebra –tal vez no sea el verbo más apropiado– en la «capital» de tales combustibles y porque han resultado ganadores.
El acuerdo final habla del «abandono» de los combustibles fósiles, pero sin fecha. No se tocan ni la agricultura ni el turismo ni el transporte de mercancías ni el extracionismo. Algo así como salir de ejercicios espirituales con el propósito «seré más buena». Aparecía en borradores previos, pero voló del acuerdo final por el bloqueo de los países productores de petróleo.
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Periodista
Autora del libro de Ediciones HOAC Maneras de vivir