El sabor del sínodo
Es muy difícil expresar una experiencia tan intensa como la vivida durante todo un mes en la primera parte de la XVI Asamblea del Sínodo. Se acumulan multitud de sensaciones y vivencias que desprenden un aroma de esperanza.
Aún permanece, imborrable, la vivencia experimentada ante un nuevo Pentecostés que quiere abrirse paso pese al temor y la innecesaria sospecha, por parte de algunos, quizás más preocupados ante la posible pérdida de privilegios y un poder verdaderamente alejados de las llamadas del Espíritu Santo y expresadas en las Bienaventuranzas.
Emociona rememorar las intensas jornadas de trabajo donde se tenía una clara conciencia de ser miembro vivo y activo del Pueblo de Dios. Un caminar juntos hacia los horizontes del Reino, buscando respuestas ante una Iglesia que reclama comunión y para un mundo maltratado y herido que demanda fraternidad.
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Expresidente de FRATER España. Laico nombrado por el papa Francisco para participar, con voz y voto, en el sínodo sobre la sinodalidad.