“La Pastoral del Trabajo se engarza en la misión general de la Iglesia”

En su ponencia sobre “La transversalidad de la pastoral del trabajo en la pastoral general”, la responsable de esta pastoral en la diócesis de Bilbao, Maite Valdivieso, ha insistido en que la humanización del trabajo es la clave de la propuesta de fraternidad de la Iglesia, en las XXIX Jornadas de Pastoral del Trabajo que se celebran este fin de semana en Ávila

La atención pastoral al trabajo resulta, de este modo, central “si desde la Iglesia se quiere hacer comprensible el mensaje cristiano como Buena Noticia a los hombres y mujeres de hoy, como ese soñar juntos la fraternidad de la que habla el Papa Francisco”, ha detallado la también militante de la HOAC.

En una primera parte, Valdivieso ha recordado que el mensaje cristiano no es una ideología, ni puede reducirse a un comportamiento ético. Se trata de una experiencia vital que parte de un encuentro, el encuentro con Jesucristo, en el que se descubre que la felicidad está en vivir para los demás, desde el amor, desde la lógica del don. Humanización y comunión van unidas.

Ha iniciado su exposición, recordando cómo cada persona es imagen de Dios, que “no somos seres aislados, sino que somos en relación”. Desde ahí, el trabajo se comprende como medio de realización personal, de relación con los demás, que contribuye al avance de la sociedad y al cuidado de la creación. El trabajo nos une al trabajo de Dios creador, posibilita el desarrollo de las capacidades de cada persona en ese camino hacia la plenitud. Trabajo que está unido al descanso, a la celebración”, ha comentado Valdivieso.

Desde esa relación profunda entre humanización, trabajo y comunión, “podemos entender que el Papa Francisco insista en que “el gran tema es el trabajo”, al afectar a la integralidad del ser humano y a su ser y hacer en el mundo, en esta casa común que es planeta tierra”, ha añadido.

Así, “la Pastoral del Trabajo entiende que la dimensión social de la fe está en la misma esencia del mensaje cristiano. No es un añadido, es parte de su ADN, no es algo reservado a unos pocos, a algunos especialistas”, ha planteado.

“Es verdad que hay personas, entidades movimientos especializados centrados, implicados en esta tarea, pero siempre situada en la misión evangelizadora de iglesia, en relación con otras pastorales, corresponsables en la pastoral de conjunto”, ha seguido la militante de la HOAC, para quien “la pastoral del trabajo va a ser quien en nombre de la Iglesia acompañe, recuerde, insista, posibilite, genere…. Esa es la gran riqueza de la comunidad eclesial, diferentes carismas y servicios”.

Fe y compromiso social

“No puede haber transmisión del mensaje cristiano, sin transformación de la realidad; evangelizar no es solo comunicar, sino también transformar desde dentro los ambientes y las estructuras”, porque, como nos recuerda, Evangelii gaudium: “desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana”.

En una segunda parte, Valdivieso, partiendo de la “memoria agradecida” a esta área pastoral por su insistencia “en la encarnación, en estar en los lugares donde hay que estar, en defender el trabajo como principio humano frente a la mercantilización y la búsqueda de rentabilidad de ese sistema que descarta a las personas”, ha profundizado en la propia transversalidad de la pastoral del trabajo y en la necesaria coordinación y articulación con la pastoral general de la Iglesia, con las demás áreas pastorales, desde los planes pastorales en cada diócesis.

El trabajo humano, principio de vida
El mensaje cristiano atiende “todas las dimensiones de las personas ” y es precisamente “en el trabajo, en cómo se organiza y cómo se entiende, donde se verifica el respeto a su dignidad, y se comprueba si se cumple o no la centralidad de la persona, si se da o no el cuidado a la persona, las relaciones y el entorno,”, ha afirmado Valdivieso.

“La mirada evangélica de la pastoral obrera nos permite descubrir la distancia que existe entre el trabajo entendido como mercancía, como rentabilidad, y el trabajo humano como principio de vida, que construye fraternidad, que cuida”, ha detallado la responsable de Pastoral Obrera de Bilbao, quien ha insistido en la necesidad de “encarnación”, de “estar en el lugar donde hay sufrimiento, en ir más allá de la caridad de las pequeñas relaciones para defender la justicia, el amor social y político”.

Así, siguiendo la dinámica sinodal, en su opinión, la Pastoral del Trabajo ha de estar presente en la acción evangelizadora de la Iglesia y cooperar con las demás realidades, lo que significa “estar engarzada en la marcha general de las diócesis, reforzar e impulsar al laicado organizado desde la responsabilidad y la corresponsabilidad, llegar a los planes de formación, contribuir a la presencia pública de la Iglesia y estimular la participación de agentes específicos”.

En este sentido, ha recordado las experiencias ya existentes, como la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, la colaboración ya habitual en algunas diócesis con la pastoral de Migraciones, las relaciones con la pastoral de la Salud, por ejemplo.

También ha llamado a revisar “inercias”, partir de “lo pequeño y cercano” y aprender de otras realidades eclesiales, reforzando los vínculos. Ha señalado como fundamental trabajar la dimensión social en propios procesos de iniciación cristiana a la par que se presentan los contenidos de la fe, en una sociedad secularizada donde lo cristiano no puede darse por supuestos”.

En definitiva, dado que “la fe es una experiencia vivida, una vivencia de encuentro con Cristo que mueve a comprometerse con los últimos y apostar por la transformación de la realidad”, Valdivieso, ha apostado por seguir cultivando “una espiritualidad y una mística que tiene en cuenta las personas del mundo del trabajo empobrecidas, que sostiene el compromiso por “la defensa de la dignidad de la persona y atienda el clamor de los pobres y de la tierra”.

Jose Luis Palacios

Redactor jefe de Noticias Obreras