Erradicar la pobreza del mundo

Erradicar la pobreza del mundo

La erradicación de la pobreza está en manos de todos, y tenemos mucho que hacer al respecto. La pobreza extrema mundial ya se está reduciendo, y frente a los 1.250 millones de personas que vivían en esta situación en 1990, actualmente hay 923 millones. Pese a estos datos que animan al optimismo, todavía hay mucho trabajo por hacer en este terreno.

Uno de los objetivos que se propuso la ONU para el año 2030 fue el de la erradicación de la pobreza. No solo dar de comer, sino también y sobre todo cambiar aquellas situaciones que generan pobreza, hambre y marginación en el mundo. Una de las raíces de la actual crisis terrible entre Israel y Palestina es que estos son mucho más pobres que la ciudadanía israelita.

La conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se remonta al 17 de octubre de 1987. Ese día, más de cien mil personas se congregaron en la plaza del Trocadero, en París, donde en 1948 se había firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre. Los allí reunidos proclamaron que la pobreza es una violación de los derechos humanos y afirmaron la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar su respeto. Desde entonces, personas de toda condición, creencia y origen social se reúnen cada año ante estas placas para renovar su compromiso y mostrar su solidaridad con los pobres.

Según las organizaciones internacionales, la ciudadanía de los países del Norte no podemos solo delegar en los políticos todo el trabajo a realizar en el desarrollo de los países del Sur y la erradicación de la pobreza, ya que esto es responsabilidad de todos. La pobreza extrema se da en los territorios más poblados de la tierra, y es por eso por lo que somos muchos los que nos hemos de preocupar por trabajar en solucionar esta situación.

La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. Es un problema de derechos humanos. Entre las distintas manifestaciones de la pobreza figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud. En 2015, más de 736 millones de personas vivían por debajo del umbral de pobreza internacional. Actualmente, alrededor del diez por ciento de la población mundial vive en la pobreza extrema y tiene dificultades para cubrir sus necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso al agua y al saneamiento, entre otras cosas. Hoy en día, hay 122 mujeres de entre 25 y 34 años que viven en la pobreza por cada 100 hombres del mismo grupo de edad, y más de 160 millones de niños corren el riesgo de seguir viviendo en la pobreza extrema en 2030.

Cabe recordar que, pese a la crisis, según el informe Global Entertainment and Media Outlook de la consultora Price Waterhouse Coopers, solo el mercado español de ocio y de entretenimiento facturaría unos 40.636 millones de dólares el año 2013. No hace falta decir mucho más para demostrar que nosotros podemos hacer mucho para erradicar la pobreza, si solo sacrificamos un poco de nuestro nivel de vida.

En esta línea, desde el Banco de Alimentos de Barcelona, su director, Rafael Ruiz, ha comentado que el hambre en el mundo se acabaría si todos los estamentos de la sociedad, desde las altas esferas de los gobiernos hasta los trabajadores más bajos, aportaran el 0,7% de sus ingresos. Un porcentaje que para nosotros no sería demasiado esfuerzo, y que a pesar de ello supondría una gran mejora en las condiciones de vida detodos aquellos que viven en pobreza extrema.

Si bien las tasas de pobreza en el mundo se han reducido a más de la mitad desde el año 2000, la pandemia de COVID-19 podría aumentar la pobreza a nivel mundial hasta llegar a afectar a 500 millones de personas más, o lo que es lo mismo, a un 8% más de la población total mundial. En abril de 2020, las Naciones Unidas emitieron un Marco de la ONU para la respuesta socioeconómica inmediata ante el COVID-19 y crearon la Fondo del Secretario General de las Naciones Unidas para la Respuesta y Recuperación en relación con el COVID-19. Antes de la pandemia, se habían logrado avances significativos en muchos países de Asia oriental y sudoriental, pero casi el 42 por ciento de la población del África Subsahariana continúa viviendo por debajo del umbral de la pobreza.