La Creación requiere que “la justicia y la paz fluyan”

Este 1 de septiembre comienza el Tiempo de la Creación, momento privilegiado que se prolonga hasta el 4 de octubre, festividad de san Francisco de Asís, para responder ecuménicamente al clamor de la Creación, con una jornada de oración dedicada, en palabras del Papa, a “sanar nuestra casa común de modo que vuelva estar llena de vida”. 

El tema de este año, inspirado en el profeta Amós (5,24) es “Que la justicia y la paz fluyan”, síntesis del deseo de Dios de que reine la justicia. “Dios quiere que cada uno busque ser justo en cada situación; se esfuerce siempre en vivir según sus leyes y, por tanto, en hacer posible que la vida florezca en plenitud. Cuando buscamos ante todo el reino de Dios (cf. Mt 6,33), manteniendo una justa relación con Dios, la humanidad y la naturaleza, entonces la justicia y la paz pueden fluir, como una corriente inagotable de agua pura, nutriendo a la humanidad y a todas las criaturas”, apunta el pontífice en su mensaje para esta jornada. 

El Papa, quien ha anunciado que dará a conocer una nueva encíclica en continuación con Laudato si’, hace un llamamiento a evitar que “se verifiquen las consecuencias peores” de las transformaciones que asolan la Tierra y denuncia “las políticas económicas que favorecen riquezas escandalosas para unos pocos y condiciones de degradación para muchos determinan el final de la paz y la justicia”, por lo que reclama que “los líderes mundiales que estarán presentes en la cumbre COP28, programada en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre de este año, deben escuchar la ciencia e iniciar una transición rápida y equitativa para poner fin a la era de los combustibles fósiles”.  

Aunque su mensaje se dirige a todas las personas de buena voluntad, también apela al compromiso de la Iglesia católica que vivirá la feliz coincidencia de abrir el Sínodo Sobre la Sinodalidad justo después de finalizar el Tiempo de la Creación. Así, indica el Papa que “como un río es fuente de vida para el ambiente que lo circunda, así nuestra Iglesia sinodal debe ser fuente de vida para la casa común y para todos aquellos que la habitan. Y como un río da vida a toda clase de especies animales y vegetales, también una Iglesia sinodal debe dar vida sembrando justicia y paz en cualquier lugar a donde llegue”. 

Oración mundial

Precisamente, este 1 de septiembre, se ha convocado una oración por el Cuidado de la Creación en la que líderes ecuménicos de fe de todo el mundo guiarán este momento que se puede seguir a través de internet para inaugurar este periodo privilegiado de oración y conversión.  La organización mundial del Tiempo de la Creación ha querido insistir este año en la urgencia de “hacer visible la paz con la Tierra y en la Tierra”, al tiempo que reconoce que “la justicia nos llama al arrepentimiento y a un cambio de actitud y de acciones”.  

Así, desde diferentes confesiones religiosas (Consejo Mundial de Iglesias, la Federación Luterana Mundial, el Movimiento Laudato Si’, la Red Medioambiental de la Comunión Anglicana, la Red de Cuidado de la Creación de la Alianza Evangélica Mundial de Lausana, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, la Red Europea Cristiana para el Medio Ambiente, ACT Alianza, A Rocha International, el Consejo Metodista Mundial y Christian Aid) subrayan que “en lugar de desesperación, se puede crear esperanza si trabajamos juntos como Pueblo de Dios. Por el infinito amor y misericordia del Creador, pueden surgir arroyos en el desierto. Se puede construir una economía de paz en lugar de una economía basada en el conflicto”. 

Como familia ecuménica, este tiempo invita a comprometerse en estas acciones y contribuir a garantizar que se preserve y cuide la red de la vida. “A través de la oración, la sensibilización práctica y las acciones sostenibles, el Tiempo de la Creación 2023 puede renovar proféticamente nuestra unidad ecuménica y el cuidado de nuestra casa común. ¡Que caminemos juntos en comunión como pueblo de Dios para que la justicia y la paz fluyan!”, se dice en la convocatoria. 

La Iglesia en España se une a la denuncia contra el extractivismo y apuesta por la conversión 

La Iglesia en España, como no, se une al papa Francisco en este tiempo, insistiendo igualmente en la necesidad de concienciarnos como creyentes del vínculo indisoluble entre el cuidado y la justicia, como únicos caminos de paz. 

Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social animan a vivir este tiempo “en ese convencimiento de que nuestras acciones son oportunidades de construir modos de existencia respetuosos con la preciosa obra de Dios que nos rodea y con los hermanos y hermanas que comparten con nosotros la casa común”. Además, plantean que “la conversión ecológica es un asunto de todos y cada uno de nosotros, no solo por urgencia planetaria, sino también como camino de plenitud, felicidad y sentido”. 

Igualmente, comparten la denuncia del Papa sobre las políticas extractivas, advirtiendo, en el caso concreto de nuestro país que “la gestión del agua está dibujando un futuro claro de carestía, escasez y conflicto”. 

“Vemos con preocupación que son los principios de lucro los que sustentan las grandes iniciativas empresariales, los que están definiendo nuestras realidades productivas en el ámbito agrícola y ganadero”, advierten, por lo que ruegan los poderes públicos y a nuestros gobiernos que “integren la mirada de lo comunitario, del valor intrínseco del agua y de sus múltiples ramificaciones en lo social, para el diseño de planes hidrológicos, agrícolas y de gestión que sean sostenibles y responsables con todas las dimensiones de este preciado recurso”.  

También defienden que “medidas nuevas, valientes y audaces, que reorienten las decisiones y las iniciativas que nos afectan globalmente bajo el prisma de la justicia humana, la sostenibilidad global y la ecología integral”. 

“Si la gloria de Dios es que el hombre viva, nosotros debemos favorecer el cuidado del hermano para ser cocreadores y partícipes de esa gloria divina”, apuntan los obispos de esta comisión, que no dudan en señalar que “no habrá paz sin justicia” y señalan que “además de aquellos que ahora están en los márgenes de la historia, los grandes perdedores y las víctimas de este modo de explotar la Tierra que nos ha sido dada serán nuestros hijos”. 

Por ello, proponen que “la escuela incluya la preocupación por formar ciudadanos con conciencia sostenible, amplia y firme, que puedan acometer los desafíos del mañana desde el conocimiento y la sensibilidad” y llaman a las comunidades cristianas de nuestro país a incluir también esta conciencia ecológica en los procesos catequéticos de los niños y jóvenes. 

Jose Luis Palacios

Redactor jefe de Noticias Obreras