Jesucristo, Iglesia, mundo obrero
Del 12 al 15 de agosto hemos celebrado la XIV Asamblea General de la HOAC. En ella ha culminado un amplio proceso de diálogo en el que hemos concretado cómo seguir caminando los próximos años en fidelidad a nuestro ser y misión al servicio del mundo obrero y del trabajo. Ser y misión que no son dos cosas distintas. En expresión del papa Francisco, «somos una misión». No es que «tengamos» una misión es que «somos» una misión. Nuestro ser se expresa y realiza en la misión y esta es la que configura nuestro ser. Nuestro ser misión es seguir y testimoniar, como comunidad eclesial, a Jesús en el mundo obrero y del trabajo, servir al mundo obrero y del trabajo al estilo de Jesús siendo servidores de las personas vulnerables, empobrecidas, precarizadas, excluidas del mundo obrero y del trabajo. Este nuestro ser misión siempre ha estado presidido por tres ejes que queremos vivir más y mejor en los próximos años: sentir con Cristo, sentir con la Iglesia, sentir con el mundo obrero y del trabajo.
Sentir con Cristo es para nosotros una permanente invitación a la conversión, a configurar nuestra vida, personal y comunitaria, según el proyecto de fraternidad de Dios encarnado en Jesús. Es lo que fundamenta y sostiene todo lo demás. Se trata de crecer siempre en vivir según el Espíritu de Jesús, en comunión con Él, y de compartir ese proyecto de vida y de realización humana con nuestras hermanas y hermanos del mundo obrero y del trabajo. De ofrecerlo con sencillez, humildad y autenticidad. Para ello hemos concretado diversos medios para cuidar hoy el mejor camino que en la HOAC tenemos para ese cultivo de la espiritualidad-mística, la formación entendida como diálogo constante y cotidiano entre fe y vida.
Sentir con la Iglesia es inseparable del sentir con Cristo. Es para nosotros una invitación a crecer en vivir la sinodalidad y la comunión en la Iglesia. Hemos concretado diversos medios para, por una parte, crecer en vida comunitaria-eclesial en la HOAC desde la perspectiva del cuidado mutuo; y, por otra, para vivir más y mejor en la Iglesia nuestro ser Acción Católica para la Pastoral Obrera, participando en la vida de nuestras parroquias, de nuestras diócesis y de la Iglesia universal. En particular, para colaborar a que la Iglesia crezcamos en situarnos en el lugar de los empobrecidos, en vivir la caridad política para colaborar a construir un mundo en el que la dignidad de cada persona, particularmente de los pobres, esté en el centro y en dar más importancia a la realidad del mundo obrero y del trabajo.
Sentir con el mundo obrero y del trabajo. Sentir con Cristo y sentir con la Iglesia se hacen verdad en el sentir con los pobres. En nuestro caso, en sentir con las personas empobrecidas del mundo obrero y del trabajo, en caminar con ellas, en vivir la comunión con ellas, en asumir la causa de su liberación para que todas las personas puedan tener una vida en condiciones acordes con su dignidad. Para ello hemos concretado diversos medios para crecer en encarnación y en compromiso en las realidades de precarización, empobrecimiento y exclusión que sufre el mundo obrero y del trabajo. Medios para colaborar a construir prácticas concretas de fraternidad en el mundo obrero y del trabajo, en la defensa de la dignidad del trabajo y del trabajo en condiciones dignas desde la perspectiva del bien común y en la defensa de los derechos sociales de las personas y familias trabajadoras.
En definitiva, hemos concretado caminos y medios para vivir hoy en el mundo obrero y del trabajo la comunión que nace del Amor de Dios. Como decía Guillermo Rovirosa, «todo es comunión». Todo está llamado a ser comunión de personas. Eso es lo que queremos vivir y compartir en el mundo obrero y del trabajo. •
DIÁLOGO Y PARTICIPACIÓN
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Comisión Permanente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).
