Comprometidos con la igualdad, la fraternidad, el bien común y cuidado de las personas y de la tierra
La militancia de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) extiende su compromiso al cambio de las instituciones para que atiendan las necesidades de la clase trabajadora y a la búsqueda de alternativas al actual sistema económico dominante, al entender que el capitalismo “mata”, como manifiesta el papa Francisco desde su encíclica La alegría del Evangelio, de 2013.
En la reciente Asamblea General de la HOAC, celebrada en Segovia en agosto bajo el lema Tendiendo puentes, derribando muros, las personas asistentes se hacía eco de la insistencia constante del Papa de que “el sistema económico, social y cultural que domina nuestro mundo ha generado estructuras de injusticia y una profunda deformación del ser humano que necesitamos afrontar proponiendo el Evangelio de Jesús como camino de vida”.
Francisco ha denunciado que “la idolatría del dinero que genera el descarte de personas porque descarta lo humano, la globalización de la indiferencia que nace de esa idolatría y la enmascara, y un profundo individualismo que mata nuestra humanidad”.
En el documento de reflexión, Una mirada a la realidad: retos que nos plantea la realidad del mundo obrero y del trabajo empobrecido y deshumanizado, elaborado con la aportación de toda la militancia de este movimiento obrero cristiano, se planteaba la necesidad reorientar las prioridades del modelo de producción y consumo actual.
El material elevado a la asamblea recoge referencias de Francisco como la que afirma que “en este sistema se ha sacado al hombre, a la persona humana, del centro y se ha reemplazado por otra cosa. Porque se rinde culto idolátrico al dinero. Porque se ha globalizado la indiferencia (…) Este sistema ya no se aguanta. Tenemos que cambiarlo, tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos”.
En su última encíclica, Hermanos todos, el pontífice apunta: “Si alguien cree que solo se trataba de hacer funcionar mejor lo que ya hacíamos, o que el único mensaje es que debemos mejorar los sistemas y las reglas ya existentes, está fuera de la realidad”.
El diagnóstico presentado en la XIV Asamblea de la HOAC parte de que el neoliberalismo capitalista ha configurado una economía cada vez más especulativa y dominada por el capital financiero; ha acelerado de forma exponencial la devastación social y la del planeta; ha desmantelado en gran medida el papel redistribuidor de la riqueza por parte de los Estados, reduciendo notablemente la justicia fiscal y con ello la protección social y los servicios públicos.
Asimismo, apunta que ese modelo capitalista ha producido la transformación del modelo de relaciones laborales con la progresiva instauración de una nueva norma laboral basada en la precarización del empleo, un alto desempleo estructural, y la extensión de la exclusión en el mundo del trabajo.
Este modelo de crecimiento lineal basado en la explotación de recursos naturales y la reducción de la persona a productora-consumidora se ha logrado imponer como un nuevo totalitarismo, el del capital y su lógica, que invade y domina el tiempo de vida.
Ha logrado así construir un nuevo “sentido común” para gobernar el mundo desde la lógica capitalista mercantil y en ello ha sido decisivo instaurar una nueva subjetividad en la que cada individuo es como una empresa a gestionar y un capital a rentabilizar.
El capitalismo se ha impuesto sobre la vida, los cuerpos, las mentes, las voluntades y las conductas, configurando una sociedad del control de la vida de las personas. Ha logrado producir sujetos conformados a los mandatos de la lógica capitalista, que invade todas las esferas de la vida.
En la línea del ecosocialismo
Ante la realidad del sistema económico social, la asamblea de la HOAC ha realizado una defensa del lugar central del trabajo en la lucha contra el empobrecimiento y la desigualdad. “La realidad de la economía, el trabajo y la empresa es esencial para la afirmación práctica de la dignidad de las personas y para la construcción de una sociedad solidaria, igualitaria, humana y humanizadora, en la línea del ecosocialismo”, apunta el documento donde se apuntan los retos de futuro para las personas y familias cristianas trabajadoras.
El documento programático aprobado en asamblea, En camino del cuidado y comunión con el mundo obrero, colaborar con el cambio de las instituciones, propone cuatro claves para la acción comunitaria de la militancia obrera cristiana, en medio de las realidades de empobrecimiento, precariedad y falta de horizontes vitales:
El acompañamiento mutuo desde la vida de las personas en sus ambientes; la colaboración para el cambio de mentalidad y atmósfera cultural; la contribución al cambio de las instituciones; y la aportación a la construcción y visibilización de experiencias alternativas en la forma de ser y trabajar, más alineadas con la mirada, el pensamiento y sentir cristianos.
La transformación social implica, además de experiencias personales de encuentro y servicio en barrios populares, sectores laborales precarios y realidades de vulneración, y procesos de solidaridad y aprendizaje comunitario, cambios estructurales de la mano de las instituciones que validen y favorezcan las alternativas.
Es en este sentido que la HOAC, como movimiento obrero cristiano, entiende que debe establecer alianzas, coordinación, colaboraciones con diferentes grupos, sindicatos, partidos, asociaciones, colectivos, plataformas…, acercando las instituciones al pueblo, para que estas escuchen sus demandan, dialoguen sobre las necesidades y se establezcan mejores canales de comunicación y participación.
Esta visión conjunta revela, de algún modo, un proyecto de igualdad, solidaridad, fraternidad, bien común y cuidado de las personas y de la tierra que bien puede entenderse emparentado con el llamado “ecosocialismo”, una corriente de pensamiento cuyos orígenes se pueden rastrear en los movimientos de cristianos de base y de la teología de liberación de América Latina, África, Asia y movimientos comprometidos de Europa.
Uno de sus promotores es el sociólogo franco-brasileño Michael Löwy. Según recoge en su libro Cristianismo de liberación, el ecosocialismo “ofrece una alternativa radical que ubica al bienestar social y ecológico en primer lugar. Consciente de los vínculos entre la explotación del trabajo y la explotación del ambiente, el ecosocialismo se erige en contra tanto de la reformista ecología de mercado, que no cuestiona el capitalismo, y del socialismo productivista, que ignora los límites naturales”.
Löwy plantea la necesidad de una ética ecosocialista con los siguientes rasgos: social, “igualitaria, solidaria, democrática, radical y responsable”, valores también presentes en la espiritualidad cristiana abierta al mundo obrero y del trabajo más empobrecido que quiere vivir y fomentar la HOAC en este siglo XXI.
Periodista y militante de la HOAC de Canarias