Trabajadores cristianos de Barcelona tienden puentes con comunidades eclesiales
“Hacen falta este tipo de creyentes que luchan por el mundo del trabajo”, le dijo una feligresa de la parroquia de Santa María de Mèrida a la hoacista Mari Ángeles Majado, cuando acudió a hablar de la próxima Asamblea General de la HOAC.
La HOAC de las diócesis de Barcelona y Sant Feliu ha desplegado un gran esfuerzo para explicar el proceso asambleario en el que está inmerso este movimiento de Acción Católica especializada orientado a la Pastoral del Trabajo, como ocurre en otras diócesis.
El objetivo no es otro que presentar las esperanzas y preocupaciones, las líneas prioritarias de actuación y el funcionamiento de la HOAC a las comunidades eclesiales, las organizaciones obreras y sociales y personas y familias trabajadores, así como escuchar sus aportaciones y sondear posibles vías de colaboración de cara a la humanización de las relaciones sociolaborales y la evangelización del mundo de trabajo más empobrecido.
Después de todo, y no por casualidad, el lema de la próxima XIV Asamblea General de la HOAC, que se celebra a mediados de agosto en Segovia es “Tendiendo puentes, derribando muros”. En los últimos meses, militantes de la HOAC de las diócesis de Barcelona y Sant Feliu, han acudido a una decena de parroquias y de comunidades.
Las citas para presentar la asamblea a parroquias, comunidades, asociaciones y al ministerio pastoral han sido bien fáciles de acordar, ya que “hemos tenido las puertas abiertas por parte de los curas obreros y las comunidades parroquiales preocupadas por la situación del mundo del trabajo y la pérdida de derechos sociales. Por lo general, se ha prestado mucha atención a nuestra presentación y se nos ha aplaudido. Los dípticos y publicaciones que hemos repartido han sido muy bien acogidos y, a la vuelta de Segovia, se nos espera de nuevo”, según uno de los testimonios recabados.
“Los sacerdotes, antes de pasarnos el micrófono, nos han introducido como personas amigas y como pertenecientes al movimiento HOAC de la Pastoral Obrera”, completa otra declaración, mientras que alguien confesaba que “nos hemos sentido en la gloria. No pocas han sido las voces que nos han deseado que en la asamblea general nos fuera fenomenal”. Una de las repercusiones de esta difusión ha sido la oportunidad de dialogar con personas que ahora están interesadas en conocer más la HOAC.
Las intervenciones trataban de explicar que la HOAC se define como “un movimiento mujeres y hombres que vivimos la fe en Jesús con el mundo obrero más empobrecido”, por lo que se entiende que se trata de “Iglesia en las periferias del mundo obrero” y “Acción Católica para la Pastoral Obrera de toda la Iglesia”, lo que implica que “junto al resto de movimientos y colectivos de la Pastoral Obrera y otros, nos sentimos “comprometidos por la justicia, como respuesta agradecida al amor de Dios Padre-Madre siempre presente en toda persona”.
Además de presentar la asamblea general como un tiempo de encuentro, comunión, conversión, pero también “memoria agradecida por los 76 años de camino compartido”, se transmite el proceso en el que han participado los equipos de la HOAC presentes en las 52 diócesis, inspirados por la Palabra, las enseñanzas sociales de la Iglesia; el análisis compartido de la sociedad y de la Iglesia y los cambios que se han producido en ella para plantearse “los retos que tenemos el mundo obrero y en la Iglesia” y cómo pode afrontarlos.
Un grupo de militantes de la HOAC pudo reunirse con el obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustín Cortés Soriano, para invitarle a la asamblea y presentarle los trabajos en marcha. Aunque no podrá trasladarse hasta el lugar que acoge la asamblea, entregó un vídeo con un saludo para toda la militancia.
Testimonio de Ángeles Majado Bruña
En Sant Llop, mientras los y las fieles llegaban a misa, se podía leer en pantalla una referencia a construir puentes y, como el evangelio hablaba de ser mensajeros de la Buena Noticia, lo ligué con nuestro lema “Tendiendo puentes, derribando muros” y nuestra misión en el mundo obrero, pidiendo a la feligresía que oraran a Dios por nosotros, para que no nos cerremos nunca a las realidades que vivimos en él.
En Santa Maria de Mèrida, añadí que durante la realización la asamblea general queremos encontrar las herramientas para trabajar en los próximos años hasta la siguiente asamblea, haciendo nuestros los diversos problemas del mundo obrero y viendo cómo, en calidad de miembros de la iglesia, podemos colaborar en hacerlos visibles y ayudarnos entre la gente que los sufrimos. Algunas personas de la comunidad parroquial se acercaron para animarnos a tirar hacia adelante, que hacía falta este tipo de creyentes luchando por el mundo del trabajo. Pedimos que oraran por nosotros para ser “buenos mensajeros sin miedo”, porque Jesús nos acompaña siempre, tal y como recordaba el evangelio del día. Me gustó que la mujer que tenía a mi lado dijera que ella no podía venir a Segovia pero que rezaría por nosotros.
En la parroquia de Santa Maria de Gornal, pudimos compartir también nuestra próxima asamblea general con la comunidad que iba llegando. Fue una “gozada” ese rato de conversación con la gente antes de la misa. Ramir, el consiliario diocesano de la HOAC, al empezar la misa ya anunció nuestra intervención. El evangelio hablaba de amar a Dios por encima de todo y de amarle en los demás. Me gustó cuando dijo que Dios ama la variedad de familias que existen hoy en día y que todas son buenas.
La gente escuchó muy atentamente y al terminar nos despidieron hasta otro encuentro después de la asamblea general para poder compartir sus conclusiones. Con gran alegría, les respondimos que era una buena idea. Lo hablarán en el consejo parroquial, junto con otra propuesta: una charla sobre el mundo del trabajo.
Dios es bueno y fortalece nuestros corazones con estas propuestas tan gratas.
Redacción de Noticias Obreras.