Cáritas sigue apostando por la economía solidaria y el acceso al empleo

Cáritas sigue apostando por la economía solidaria y el acceso al empleo
La inserción laboral, junto con el fomento de la Economía Solidaria y el Comercio Justo representa la partida más importante del presupuesto de Cáritas, integrante de Iglesia por el Trabajo Decente, según su memoria de actividades del año 2022.

Aunque la emergencia social, provocada por la alta inflación y las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, ha demandado de la organización humanitaria de la Iglesia un gran esfuerzo el año pasado, no ha descuidado el apoyo a la economía solidaria.

“Es cierto que estas iniciativas vinculadas al empleo y a la economía social requieren más inversión económica, pero son más efectivas a largo plazo y tienen un efecto más recuperador de la persona”, ha señalado la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro, quien ha destacado que “la Confederación está haciendo una apuesta clara por aumentar los proyectos de economía solidaria para ayudar a las personas en situación de exclusión a que recorran un camino digno hacia su autonomía”.

De hecho, Cáritas dedicó el 25,71% (117 millones de euros) de sus inversiones a los programas de empleo, economía social y comercio justo, mientras que a la acogida y asistencia dedicó el 24,54% (112 millones de euros).

La principal entidad eclesial española dedicada a la acción social y humanitaria desarrolla una importante laboral de orientación laboral, formación para la mejora de la empleabilidad, intermediación laboral y sensibilización del tejido empresarial, apoyo al autoempleo.

Pero también promueve la creación de empresas de inserción, centros especiales de empleo y otras iniciativas empresariales orientadas a la creación de empleo protegido. El año anterior fueron 94.892 las personas que han participado en sus programas de empleo, un 11,7% más de personas en busca de empleo que en 2021.

En total, son 67 las iniciativas de economía social que generan 1.131 puestos de trabajo de inserción, disponibles para personas con dificultades de acceso al mercado laboral ordinario, acompañadas y apoyadas siempre por personal técnico de apoyo a la inserción y a la producción. La mayoría de las 268 líneas de negocio se dedican a sectores relacionados con el medio ambiente y sostenibilidad, como el reciclaje o la agricultura ecológica.

Cáritas, como una de las entidades que forman parte y promueven la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), además, desarrolla acciones de sensibilización, visibilización y denuncia sobre la importancia de garantizar unas condiciones de trabajo dignas y decentes.

Además, promueve el comercio justo como alternativa a las reglas comerciales actuales y como propuesta de consumo responsable y apoya la actividad de entidades financieras que garantizan la inversión de capital en proyectos que fomentan el desarrollo de la comunidad, de las personas y del medio ambiente, como Caixa Pollença, Banca Ética Fiare y Oikocredit.

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La emergencia social que no cesa

A pesar de los mejores datos macroeconómicos comparativos y la extensión de la protección social en España, la crisis humanitaria provocada por la guerra en Ucrania y la subida del coste de la vida ha tenido, en 2022, un gran impacto en las personas y familias más vulnerables de nuestro país.

Peiro ha advertido de que “vivimos tiempos de crisis acumuladas. Tras la pandemia provocada por el Covid-19, vino la guerra de Ucrania, el aumento de la movilidad humana, la evolución del coste energético y la inflación… Esta situación, tanto en el ámbito local como mundial, ha acrecentado la pobreza y la desigualdad”.

En este contexto, Cáritas ha invertido una cifra récord, 457,2 millones de euros, 54 millones de euros (13,4%) más que el año anterior, en sus diferentes recursos y proyectos para apoyar a 2.830.156 personas dentro y fuera de nuestras fronteras (2,6 millones en 2021). De ellas, 1.559.882 dentro de España y 1.270.274 en Cooperación Internacional.

La crisis de la inflación, como no puede ser de otra manera, se ha dejado notar entre las personas y hogares atendidos por Cáritas. El programa de Acogida y Asistencia logró apoyar a 1.191.853 personas, un 16,82% más que antes del inicio de la pandemia (1.020.176 en 2019).

La mayoría recibieron ayudas para el acceso a consumo de alimentos seleccionados, adquiridos y gestionados directamente por ellos mismos (385.000), para el pago del alquiler de sus viviendas (120.000) o para el de los recibos de los suministros (100.000).
La vivienda se ha convertido en nuestro país en “un pozo sin fondo” que se lleva los principales esfuerzos económicos de las familias más vulnerables de nuestro país.

“Dedicar más recursos de los recomendados a la vivienda genera no poder cubrir otras necesidades básicas, como garantizar unos mínimos de confort térmico o la generación de deudas por impagos”, ha comentado Natalia Peiro. Solo en ayudas para vivienda, Cáritas invirtió 54 millones de euros (46 millones, en alquileres y 8 millones en recibos de suministros) y otros 46 millones en alimentos.