Agua va (pero no viene)

Agua va (pero no viene)
Foto | Luis Tosta (unsplash)
A diario ocupan los informativos noticias sobre sequía y restricciones. No es noticia. Lo que está ocurriendo con el agua es exactamente lo que científicos y organismos internacionales llevan décadas advirtiendo: sequías prolongadas, interrumpidas por violentos episodios de precipitaciones, avance de la desertificación, etc.

La novedad es que la aparición no ya de las orejas del lobo, sino de la cabeza y medio cuerpo, ha desatado el terror. Pero el lobo ya estaba más que anunciado.

¿Qué estamos haciendo con el agua? Distingamos entre sequía y escasez. La primera es falta de lluvia durante un periodo prolongado; la segunda indica la cantidad de agua que utilizamos respecto a la disponible. Anna Ramon, del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals de la Universidad de Barcelona, escribe en Crític: «En tiempos de sequía, nos centramos con demasiada frecuencia en el clima como causa del problema del agua. Mientras, falta debate sobre el verdadero problema: la demanda crónica de agua que tiene nuestro modelo de desarrollo insostenible».

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