Por los movimientos y grupos eclesiales

Por los movimientos y grupos eclesiales
El Vídeo del Papa para el mes de mayo, que invita a rezar “para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo. Al servicio”.

En su intención de oración, Francisco pide a los movimientos y grupos eclesiales que redescubran su misión evangelizadora ya que “son la riqueza de la Iglesia”: hablan “lenguajes diferentes” y “parecen diferentes, pero es la creatividad que crea estas diferencias”.

El vídeo –realizado en colaboración con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que entre sus tareas tiene la de acompañar el nacimiento y desarrollo de las asociaciones de fieles y movimientos eclesiales– narra trozos de sus vidas, en contextos muy diferentes. Carismas diferentes, en una única misión: la de anunciar el Evangelio en diversos ambientes y de diversas maneras.

Al servicio de la misión evangelizadora

Los movimientos eclesiales son grupos de personas comprometidos con el apostolado con un carisma propio, que el Espíritu Santo distribuye para el bien común de la Iglesia. Integrados mayoritariamente por fieles laicos, la búsqueda de sus miembros a un encuentro personal con Cristo los une y, al mismo tiempo, se los alienta a dialogar con las mujeres y los hombres de hoy, allí donde se encuentren, al servicio del anuncio del Evangelio.

Estos movimientos y grupos eclesiales encuentran “nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio”, explica Francisco en el vídeo. Mediante idiomas que “parecen diferentes”, y con la “creatividad” de cada carisma, renuevan la Iglesia. Como dijera también el Papa san Juan Pablo II: “Cada movimiento difiere del otro, pero todos están unidos en la misma comunión y para la misma misión”, sin olvidar que “los verdaderos carismas no pueden menos de tender al encuentro con Cristo”.

Internacional, intergeneracional, plurivocacional

“Los movimientos eclesiales –señala Linda Ghisonim subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida–, son un gran don para la Iglesia en las sociedades actuales: son, en efecto, portadores de una creatividad que se renueva continuamente para dar testimonio de Jesucristo y de la buena noticia del Evangelio a los hombres y mujeres de hoy en las circunstancias más diversas y con acciones muy concretas. Son realidades internacionales, intergeneracionales, plurivocacionales, con un potencial formativo probado, y están llamadas a no encerrarse nunca en sí mismas, sino a vivir su vocación y su misión auténticamente eclesiales”.

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En armonía con la Iglesia

Precisamente la necesidad de permanecer “en armonía con la Iglesia” es otro de los aspectos que Francisco subraya en el vídeo de este mes: en tono paternal, de hecho, el Pontífice invita a los movimientos a trabajar siempre al servicio de los obispos y de las parroquias. “El peligro”, recuerda, es la “tentación de encerrarse” en uno mismo. Todo movimiento, de hecho, no es un fin en sí mismo, sino un lugar propicio para el encuentro con Dios que encuentra su realización “poniendo los propios carismas al servicio de las necesidades del mundo”. “Al servicio”, repite de nuevo Francisco para terminar, para reforzar el concepto.

Mensaje completo

Oremos para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión evangelizadora, poniendo sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo.

Papa Francisco – Mayo 2023

¡Los movimientos eclesiales son un don, son la riqueza en la Iglesia! ¡Esto son ustedes!
Los movimientos renuevan la Iglesia con su capacidad de diálogo al servicio de la misión evangelizadora.
Redescubren cada día en su carisma nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio.
¿Cómo lo hacen? Hablando idiomas diferentes, parecen diferentes, pero es la creatividad que crea esas diferencias. Pero entendiéndose siempre y haciéndose entender.
Y trabajando al servicio de los Obispos y las parroquias para evitar cualquier tentación de encerrarse en sí mismos, que este puede ser el peligro, ¿no?
Manténganse siempre en movimiento, respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy.
Manténganse en la armonía de la Iglesia, que la armonía es un don del Espíritu Santo.
Oremos para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo. Al servicio.