Los obispos italianos piden un pacto social basado en trabajo decente para los jóvenes

Los obispos italianos piden un pacto social basado en trabajo decente para los jóvenes
Los obispos italianos han publicado un mensaje, con motivo del Primer0 de Mayo, en el que muestran su preocupación por la falta de trabajo decente para los jóvenes y piden “una alianza entre la economía, las finanzas, la política y la cultura para construir redes de apoyo”

Publicado en la web de la Conferencia Episcopal Italiana, con el título Jóvenes y trabajo para alimentar la esperanza, el texto describe que alrededor de una cuarta parte de la población joven de Italia no puede encontrar trabajo, especialmente en el Sur, lo que plantea el interrogante de cuanto se invierte en perspectivas presentes y futuras para los jóvenes por parte de la comunidad política.

En el mensaje, firmado por la Comisión Episcopal de los Problemas Sociales y el Trabajo, la Justicia y la Paz, se subraya la importancia de este tema para el papa Francisco –y para la Iglesia universal–, que ha destacado en varias ocasiones que el mundo del trabajo es un ámbito en el que los jóvenes experimentan formas de exclusión y marginación, y que el desempleo empobrece a los jóvenes, les priva de la capacidad de soñar y de esperar y les impide contribuir al desarrollo de la sociedad. Además, la crisis demográfica que atraviesa Italia agrava aún más la situación, especialmente para las mujeres jóvenes.

“El mundo del trabajo es un ámbito en el que los jóvenes experimentan formas de exclusión y marginación. El primero y más grave es el desempleo juvenil, que en algunos países alcanza niveles desorbitados. Además de empobrecerlos, la falta de trabajo cercena a los jóvenes la capacidad de soñar y de esperar y les priva de la posibilidad de contribuir al desarrollo de la sociedad”, apunta Francisco en la Exhortación Apostólica Christus vivit, 270).

La precariedad laboral también es un problema importante, ya que muchos jóvenes están mal pagados y ven frustradas sus capacidades y competencias, lo que interpela la conciencia del pueblo de Dios en todos los campos laborales y profesionales. La falta de trabajo, apuntan los prelados italianos, también puede llevar a la exclusión social y a problemas como el juego, el trabajo ilegal y explotado, el mundo de las drogas y el alcoholismo.

Promoción del empleo juvenil

Los obispos hacen un llamamiento al ámbito de la política para que promueva el empleo juvenil y garantice que la relación escuela-trabajo contribuya a frenar el éxodo y la despoblación.

Recuerdan que el papa Francisco ha hablado en distintas ocasiones “de una ‘unción’, de un don de gracia, manifestación de la dignidad intrínseca de la persona, fuente e instrumento de gratuidad. Sin trabajo no solo falta una fuente de ingresos –muy importante– sino que los jóvenes desempleados ‘crecen sin dignidad, porque no están ungidos por el trabajo que es lo que dignifica'” (Visita pastoral a Génova, Encuentro con el mundo del trabajo, 27 de mayo de 2017).

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En su mensaje, también emplazan a las comunidades cristianas a ser lugares de encuentro y de escucha para los jóvenes, y a compartir la belleza y el esfuerzo del trabajo, la alegría de poder cuidarnos de verdad, el cansancio de los momentos en que los obstáculos corren el riesgo de perder la esperanza y los lazos profundos de quienes colaboran para el bien en un esfuerzo común.

Economía del Evangelio

Los obispos italianos plantean el “sueño” de una economía de paz, del cuidado de la creación, al servicio de la persona, la familia y la vida. “Una economía que sepa cuidar de todos y no deje a nadie atrás. Deseamos una economía que salvaguarde las culturas y tradiciones de los pueblos, de todas las especies vivas y los recursos naturales de la Tierra, ‘una economía que combata la pobreza en todas sus formas, reduzca las desigualdades y sea capaz de decir, con Jesús y con Francisco, ‘bienaventurados los pobres'” (Pacto entre el Papa y los jóvenes de Economía de Francesco, Asís 24 de septiembre de 2022).

En este sentido, llaman a las personas creyentes “para que esta ‘economía del Evangelio‘ no se quede en un sueño”, emplazando a llevar “nuestro aporte –fundamentado en la Doctrina Social de la Iglesia y particularmente, en la lógica de la ecología integral de Laudato si’— allí donde se diseñan e implementan las políticas laborales, la negociación colectiva y empresarial, las múltiples formas de emprendimiento y las finanzas”. “Necesitamos la alianza entre la economía, las finanzas, la política y la cultura para construir redes de apoyo a los jóvenes”, concluyen.