Un camino de fraternidad

Un camino de fraternidad

No he olvidado que el 13 de marzo de 2013 estaba en Santutxu, compartiendo con la comunidad cristiana de este barrio un encuentro de oración desde las consecuencias para el mundo del trabajo de la crisis económica del 2008. Diez años después las dificultades para el mundo obrero siguen ahí. Alguien nos dijo que había “fumata blanca”. ¿Quién será el nuevo Papa?

Ya en casa, los primeros gestos y palabras del papa Francisco nos sorprendieron. Se dirigió con naturalidad a la multitud congregada, como obispo de Roma: ¡Hermanos y hermanas, buenas tardes! Hoy aquellas palabras suenan a hoja de ruta. “Comenzamos un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre unos por otros. Recemos por todo el mundo que sea una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia que hoy comenzamos fructifique para la evangelización de esta ciudad”.

En la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) estamos preparando nuestra XIV Asamblea General. Las palabras del papa Francisco nos han ido acompañando desde entonces y de manera especial en este tiempo de reflexión. Lo seguirán haciendo. En los Planes de Formación, en la lectura creyente de los signos de los tiempos, nuestros materiales, publicaciones, acciones, gestos…, su magisterio es referencia cuando tratamos de hacer vida y cultura el Evangelio en la cotidianidad de nuestro hacer diario.

Su mirada al mundo desde la misericordia del samaritano, su llamada a construir fraternidad desde sabernos hijos e hijas de Dios y, por tanto, hermanos y hermanas, miembros de la misma familia humana, su insistencia en la centralidad del trabajo humano que nos hace creadores con el mismo Dios a su imagen y semejanza, el cuidado de la casa común, son claves y retos permanentes, que nos sitúan ante procesos nuevos para generar vida, solidaridad frente a una economía “que mata”, que hace difícil el desarrollo de un proyecto de comunión, que globaliza la indiferencia. “Esclarecer aquello que pueda ser un fruto del reino y también aquello que atenta contra el proyecto de Dios” (Evangelii gaudium, 51)

Ahí, se hace presente la novedad del Evangelio con nueva frescura, desde una convicción profunda: es Buena Noticia. ¡Qué nadie nos robe la dignidad, la esperanza! La alegría del Evangelio no puede encerrarse. Escuchar “el gemido de la hermana tierra, que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo”. (Laudato si’, 53)

Primerear, esa palabra de nuevo cuño con la que el papa Francisco ha querido reflejar a Dios, que nos ama primero, que sale al encuentro y que nos invita a conjugar en primera persona, a cada uno y cada una y como HOAC. Salir al encuentro, encarnarse en el mundo obrero, caminar junto a los hombres y mujeres que ven negada su dignidad “Construyendo Iglesia en las periferias del mundo obrero. Justicia, trabajo digno y solidaridad” fue el lema de la XIII Asamblea General, tomando prestadas palabras de Evangelii gaudium. Una Iglesia que se concibe como “hospital de campaña”, abierta. La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. El bien siempre tiende a comunicarse. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla. Recordamos las palabras del papa Francisco a la HOAC en su 75 aniversario: “Siendo Iglesia plantada en medio de la vida obrera, y sigan tejiendo historias de encarnación y de abrazo…La Iglesia sigue necesitando de hombres y mujeres que saben que su entrega es necesaria, aunque no vean el fruto; que su vida es sembrarse y desvivirse para que otros puedan vivir”. ¡Ahora más que nunca! que diría Guillermo Rovirosa.

Para esta XIV Asamblea General volvemos a retomar una de las expresiones del papa Francisco “Tendiendo puentes, derribando muros”. Recogemos su invitación a soñar, a soñar juntos “Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad…. ¡Qué importante es soñar juntos….los sueños se construyen juntos. Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos”. (Fratelli tutti, 8). Techo, tierra y trabajo para todos y todas.

En camino. En su homilía en la celebración de apertura del Sínodo “Por una Iglesia sinodal”, nos recordaba como el Evangelio nos presentan a Jesús “en camino”, acompañando al hombre en su marcha y escuchando las preguntas que pueblan e inquietan su corazón. En ese camino queremos estar, en ese camino nos encontramos, nos escuchamos, discernimos en comunidad.

En este tiempo de preparación de la XIV Asamblea General, recogemos su llamada a la HOAC en su 75 aniversario: “Ustedes se saben Iglesia, se saben Acción Católica enviada por la Iglesia a la misión de evangelizar el mundo obrero, el mundo del trabajo. Una misión que es de toda la Iglesia. Sigan siendo esto”.