Santiago Agrelo: “La acogida de migrantes aleja la violencia, el abrazo anula la clandestinidad”

Santiago Agrelo: “La acogida de migrantes aleja la violencia, el abrazo anula la clandestinidad”
Foto | Tim Mossholder (Unsplash)
La Jornada organizada por la delegaciones de Apostolado Seglar y Pastoral del Trabajo, Pastoral de Migraciones y Movilidad, y Pastoral Caritativa y Social de Astorga, sobre Migraciones y Trabajo, ha servido de llamada para acoger y hacer justica a las persona migrantes.

Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger, que intervino a través de internet al no poder desplazarse debido a la nieve, comenzó denunciado la indiferencia ante las personas migrantes.

“El lenguaje de los políticos y los medios de comunicación nos cierran los ojos para que no veamos lo humano de la tragedia” ha dicho, en referencia a las muertes de migrantes en su camino a los países prósperos, en la Jornada diocesana sobre Migraciones y Trabajo.

En vez de ver “a una humanidad necesitada de justicia, no ya de ayuda, que también, nos hacen ver “irregulares, ilegales, indocumentados, posibles terroristas, una amenaza para nuestra seguridad, para nuestra cultura, para nuestro bienestar, incluso, puede que muchos hayan aprendido a sentirlos como amenaza para nuestra religión”, ha advertido.

La legalidad actúa contra las víctimas

“Las espadas de los pobres soldados de entonces que salieron a prender a Jesús ahora son la legalidad vigente con la que se persigue a los inocentes” ha remarcado Agrelo quien ha insistido en esta condición antes que “otros apelativos que ensombrecen la inocencia para hacerles despreciables o temibles”.

Ha recordado que hablamos de “los desplazados por las guerras, por el terrorismo, por el fanatismo, por la opresión, por el hambre…, víctimas de nuestras armas, de nuestro poder económico, de nuestro jamás cuestionado estado de bienestar, del ejercicio de nuestros supuestos derechos”.

Es más, ha subrayado que “si ellos tienen tantas necesidades es porque nosotros nos hemos arrogado una multitud de derechos que no nos corresponden” y ha remarcado que “no solo nos hemos llevado lo que es suyo, sino que les hemos privado también de la paz que necesitan para vivir”.

La acogida en la Biblia

Ante esta realidad, Agrelo, que se ha definido como “un testigo de la tragedia humana, un cristiano que desde la fe ha intentado acudir al rescate de las víctimas”, ha recurrido a las Escrituras y a la propia mirada de Jesucristo. “La escucha creyente de la palabra de Dios hace posible que veamos a los pobres y no neguemos a Dios” ha señalado.

“Este es el ayuno que yo quiero dice el Señor: romper cadenas, libertar al oprimido dar de comer al hambriento…”, ha citado para explicar que “con Jesús, el Reino de Dios se revela como reino para los lázaros que yacían echados en los portales de la indiferencia, como si Dios y el reino hubieran venido solo para los lázaros…”

De hecho, ha explicado como la Biblia repetidamente habla de la justicia debida “al forastero, el huérfano y la viuda” y ha insistido en que “se supone que estamos en el mundo, sobre la misión de la Iglesia, para ser simplemente buena nueva para los pobres, como Jesús…”

Reconocimiento mutuo

Así, ha profundizado, la mirada compasiva de Jesús sirve para “burlar fronteras, borrar aislamiento”, porque, como hizo ante el leproso, por ejemplo, “acercarse es más que anular un espacio entre personas, es hacerse presente uno a otro, es reconocimiento mutuo”.

“Con Jesús la compasión ve, su poder libera a los esclavizados por el mal”, ha añadido. Precisamente, las personas despreciadas, heridas, marginas, “al lado de Jesús de Nazaret se sabrán reconocidos por Dios, acogidas, interpeladas, respetadas, porque todos se sabrán amados de Dios” y “este reconocimiento divino redime de la humillación”.

Es más, ha explicado que “si no vemos a los pobres, negamos a Dios. La ceguera, la indiferencia, ante el dolor humano es una forma radical de negar a Dios, negación de lo que Dios dice de sí mismo, de lo que Dios es, amor compasivo, amor misericordioso, simplemente amor. De ahí, que haya insistido en la necesidad de ver para acoger, porque “la acogida aleja la violencia, el abrazo anula la clandestinidad”.

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Derechos laborales de las personas migrantes

Tras la intervención del arzobispo emérito, les ha llegado el turno a los representantes de CCOO, Ursicino Sánchez, y de UGT, Natalia Álvarez, quienes hablaron de la realidad de los 19.000 inmigrantes que viven en la provincia de León.

Así explicaron que unos 2.000 se encuentran en paro y que frente al mito de la “invasión”, solamente un 5% de la población de la provincia es extranjera. De hecho, los sindicalistas describieron que son personas que vienen a buscar futuro vital, en edad joven, con una edad media 37 años frente a los 51 de los españoles.

Las personas migrantes, “mendigos de futuro”, como les había definido con anterioridad Agrelo, contribuyen, recordaron los representantes sindicales, a la provisión de trabajas necesarios y al desarrollo económico.

A pesar de lo cual, persiste una brecha salarial importante, ya que cobran 7.500 euros menos que la población trabajadora española además de padecer, a veces, graves abusos en horarios de trabajo, nóminas, accidentes laborales, ausencia de vacaciones…

Las organizaciones de trabajadores, según explicaron, prestan apoyo en los trámites de regularización, en procesos de inserción laboral, homologación académica, reorientación laboral, ofertas de empleo, y acceso a derechos laborales y derechos sociales.

La jornada reservó también tiempo para que dos mujeres trabajadoras migrantes compartieran la situación que han vivido en España. Una de ellas ha seguido un proceso difícil y muy carencial hasta superarlo, con apoyo constante de Cáritas de Ponferrada. La compañera, titulada en Medicina, recibió apoyo en todo momento por parte de las instituciones públicas, por lo que reconoció que su caso era especial, no representativo de la realidad más general que viven los migrantes.

 

La labor eclesial

Finalmente, para completar el panorama, se expuso la acción eclesial a favor de los migrantes en la diócesis, fundamentalmente gracias a la intervención de Cáritas, con distintos programas: orientación y acompañamiento en la tramitación de su regularización; orientación y promoción de empleo, con resultado de 292 personas atendidas y 72 con acceso a empleo en 2022.

Así mismo, se presentó el programa Amanecer, que apoya a mujeres en contexto de prostitución y de trata, cursando visitas a clubs y pisos y realizando un proceso de acompañamiento. Ponferrada es un centro significativo de prostitución, extendida por todo el conjunto de la ciudad. La mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución son extranjeras en situación grave de pobreza; en muchos casos son engañadas y coaccionadas, tanto para venir a España como posteriormente ya en ella.

Como resumen final, el delegado de Migraciones y consiliario diocesano de la HOAC, Isaac Núñez, quiso insistir en que “el primer derecho es a no tener que emigrar, debiendo disponer en el país de origen de condiciones dignas de seguridad y trabajo”, pero que “cuando no existen esas condiciones, existe el derecho a emigrar”.

Igualmente, ha recordado las palabras de Francisco, en Fratelli tutti, 121: “Dios ha dado la tierra a toda la humanidad y por eso nadie puede quedar excluido, no importa donde haya nacido, y menos a causa de los privilegios que otros poseen porque nacieron en lugares con mayores posibilidades. Los límites y las fronteras de los Estados no pueden impedir que esto se cumpla”.