Memoria es democracia y justicia

Memoria es democracia y justicia
El 20 de octubre fue publicada en el BOE la Ley 20/2022 de Memoria Democrática (LMD). La tramitación no ha sido fácil. Con todo, sus efectos son ya visibles.

Han sido exhumados los restos de Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena. Se ha instituido el 31 de octubre como día oficial de Memoria de las Víctimas del golpe militar, la guerra y la dictadura, con un reconocimiento del Estado al máximo nivel a 15 víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, entre ellas a dos sacerdotes, con la presencia del presidente de Gobierno y casi la totalidad del Consejo de Ministros.

Asimismo, la familia de Primo de Rivera ya se ha dirigido al Gobierno para manifestar su deseo de exhumar los restos de José Antonio del lugar preeminente que ocupa junto al altar en la Basílica del Valle de los Caídos. La ministra de Trabajo ha desprovisto a Francisco Franco y otras nueve personalidades, entre ellas el cardenal Plá y Daniel, de las Medallas del Mérito al Trabajo.

La aprobación de la nueva ley es buena ocasión para hacer balance de los resultados de la conocida como Ley de Memoria Histórica (52/2007), en adelante LMH. Hasta 2012 se produjeron las ampliaciones de prestaciones a viudas y huérfanos a que se acogieron 1.179 beneficiadas; indemnizaciones a 104 personas que habían sufrido prisión por su condición homosexual; la protección social a los «niños de la guerra», a las que se acogieron 2.254 beneficiarios; la concesión de nacionalidad, que se practicó a más de 324.494 personas; las declaraciones de reparación, que declararon la ilegitimidad de las sentencias y su nulidad de pleno derecho, concedidas hasta 2019 a casi 2.000 personas, etc.

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