Miguel Cruz, AVAELA: “Las muertes del trabajo son la muertes olvidadas”

Miguel Cruz, AVAELA: “Las muertes del trabajo son la muertes olvidadas”
“Las muertes del trabajo son las muertes olvidadas”, ha señalado, el presidente de la Asociación de Víctimas de Accidentes y Enfermedades Laborales de Andalucía (AVAELA), durante las Jornadas de Pastoral del Trabajo que se celebran este fin de semana en Ávila.

“Aunque tengamos que asistir a dos entierros diariamente, este problema no aparece en las conversaciones de bar o en los telediarios. Vivimos de espaldas a nuestra propia tragedia y, en consecuencia, tampoco asoma por las agendas políticas de las administraciones públicas de nuestro país”, ha denunciado Cruz.

Como creyente, ha recordado que “la Iglesia también se ocupa y preocupa de este asunto. Son múltiples las manifestaciones de apoyo, preocupación y también de pura encarnación”. También en el seno de la Conferencia Episcopal Española, que en Año Jubilar 2000, emitió un comunicado en el que se decía que “la situación de la salud laboral urge a los cristianos a comprometerse activamente por un trabajo sin víctimas, en defensa de la vida, colaborando según las posibilidades de cada uno a formar, en nuestra sociedad, la conciencia de la gravedad de la situación y sus causas”.

“La vida es el mayor bien que atesoramos” y si queremos respetar la dignidad de la persona, “una de las cuestiones que con más mimo debe ser cuidada es nuestra salud, entendida en el más amplio de los sentidos”, ha afirmado.

La persona, lo más sagrado

De hecho, las políticas de salud laboral, tal y como la entienden los organismos internacionales especializados, deben buscar “el máximo estado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores en todas las ocupaciones, protegerlos de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales. En suma, adaptar el trabajo al hombre”, ha matizado Cruz, para quien esta cosmovisión de la persona es perfectamente compatible con la que se construye en el Evangelio: “La persona es lo más sagrado de la creación. Somos “templos portátiles” circulando por la calle”.

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El presidente de AVAELA no ha dudado en calificar la situación de la siniestralidad como “espantosa”, tanto en el mundo, con 2,7 millones de personas muertas por accidente o enfermedad laborales, lo supone entre el 5 y el 7% de los fallecimientos a nivel mundial, como en España, donde cada día pierden la vida dos personas a causa de la siniestralidad laboral, sin contar con lo que está ocurriendo “en la sombra de la economía sumergida o informal”.

Así, ha indicado que “cada dígito es una historia personal y familiar. Cada número nos habla de un proyecto de vida truncado, en mayor o menor medida, antes de tiempo” y ha denunciado “la desprotección en que quedan muchas personas al tener que enfrentarse a un accidente que les merma su capacidad para ganarse la vida. O peor aún: salir de casa a ganarte la vida por la mañana, y no volver nunca más”.

“Ante cualquier situación de sufrimiento humano como ésta, el mejor modelo a seguir siempre es el de la compasión del buen samaritano”, ha explicado Cruz,  por lo que entiende que “es imprescindible salir, como Iglesia misionera, al encuentro efectivo y real con las víctimas de esta situación injusta que vivimos en nuestras empresas”.