La precariedad y la pobreza matan

La precariedad y la pobreza matan

Jesucristo se hizo pobre por ustedes (cf. 2 Co 8,9). Con estas palabras del apóstol Pablo inicia el papa Francisco su reflexión para la VI Jornada Mundial de los Pobres, “como una sana provocación para ayudarnos a reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre tantas pobrezas del momento presente”.

En la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Iglesia encarnada en el mundo obrero, queremos sumarnos a esta reflexión orientándola desde uno de los elementos que nos configura como humanidad, que es el trabajo y que sin embargo, está seriamente amenazado, entre otras cosas, por la mercantilización del mismo, contribuyendo con ello a generar pobreza. “Cuando la única ley es la del cálculo de las ganancias al final del día, entonces ya no hay freno para pasar a la lógica de la explotación de las personas: los demás son sólo medios”. (Mensaje de papa Francisco, para la VI Jornada Mundial de los Pobres)

Los datos publicados hace unos días, son inapelables: Córdoba tiene cuatro de los 15 barrios más pobres de España; la cifra del paro es de 20,67%, siendo muy superior a la media española, siendo las mujeres mayores de 45 años las más afectadas; la vivienda resulta inaccesible para muchos colectivos y los desahucios subieron de forma considerable en el 2021 a 477; el 19% de los jóvenes de Córdoba de entre 18 y 24 años ha fracasado en la escuela y ni siquiera han terminado la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

“Esta pobreza no es querida por Dios, porque mata, porque es hija de la injusticia, la explotación, la violencia…. Es una pobreza desesperada, sin futuro, porque la impone la cultura del descarte que no ofrece perspectivas ni salidas”. Estamos en el mundo para ser felices, como nos recuerda el Papa en su mensaje, “para llevar una vida digna y feliz. Y toda la vida de Jesús es una propuesta que nos ayuda a descubrir la pobreza que libera, la que nos hace corresponsables y nos ayuda a centrarnos en lo esencial”. (Mensaje de papa Francisco, para la VI Jornada Mundial de los Pobres)

Ante esto la HOAC no puede permanecer ajena y por ello nos atrevemos a soñar. Y ese sueño nos lleva a creer que desde el trabajo podemos construir esa humanidad, a la que estamos llamadas las personas en comunión con Dios, un trabajo digno, un trabajo decente “¡Qué importante es soñar juntos!”(…) Los sueños se construyen juntos“ (Fratelli tutti, 8)

Esos sueños hay que concretarlos, llevarlos a la práctica para también contestar a la pregunta que el Papa nos hace de ”¿Cómo dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad?”

Necesitamos que se entienda y extienda la diferencia entre trabajo y empleo. Luchar para que toda persona tenga acceso a un empleo que lo realice, defender a las personas trabajadoras más vulnerables, revalorizar el sindicalismo, reivindicar políticas fiscales más justas y equitativas, crear espacios de encuentro donde compartir, que creen puentes entre el mundo obrero y la Iglesia que concreten la triple comunión de bienes, vida y acción, porque como dice el Papa “frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe involucrándose directamente, sin delegar en nadie”.

Proponemos el reparto del trabajo y abrir caminos para extender la defensa del trabajo digno en la Iglesia llevando la realidad obrera a nuestras comunidades desde las personas precarias, desempleadas, empobrecidas… para generar prácticas de solidaridad con los trabajadores y trabajadoras que sufren.

Que esta Jornada a la que nos invita la Iglesia, “se convierta en una oportunidad de gracia, para hacer un examen de conciencia personal y comunitario, y preguntarnos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida”. (Mensaje de papa Francisco, para la VI Jornada Mundial de los Pobres)