¿Y tú qué te llevarías?

¿Y tú qué te llevarías?

Todos hemos salido corriendo, mi padre: no te pares, no cojas nada, todo lo vamos a perder. Mi madre tiene miedo de los tiros que ha oído por la noche, dice que nos van a matar a todos, nos vamos de esta ciudad, yo también tengo miedo de que maten a mis padres, no quiero quedarme sola con mi hermano, yo duermo cuando me acuesto, mis padres no pueden dormir por el ruido tan fuerte que se queda en la cabeza, ahora es de día, nos vamos hoy que aún no se ha oído ningún disparo, si suenan, yo me escondo fácil, soy pequeña, mi madre se ha enfadado muchísimo conmigo, me ha pegado y se ha puesto a llorar a gritos cuando me ha perdido, era muy importante regresar un momento aunque hubiéramos comenzado el camino, solo un poquito de camino, cerca, ahí mismo está la casa, me he escapado, era muy importante, la puerta  había quedado abierta, lo sabía, qué pena todo por ahí para que lo robe la gente y cuando la destruyan, más pena, es igual, no vamos a regresar, lo dice mi padre,  yo tenía que volver, era solo un momento, me había dejado las pulseras que me gustan tanto, son el regalo de comenzar a leer, hace dos años que no me las quito, las llevo siempre en la muñeca derecha para poder oír el ruidito al escribir, yo ya sé escribir, tengo ocho años, en mi ciudad fui a la escuela, hasta hace pocos días, hasta que llegaron ¡los militares! que  la quemaron, yo lloré al imaginarme las llamas dentro de los libros, ahora, con la libreta, más el bolígrafo, claro, ya tengo bastante, las pinturas no las he cogido, lo mínimo, decía mi madre, todo lo vamos a perder, llevo el lápiz, le haré punta  con la navajita de mi padre, él la lleva siempre encima porque  es una herramienta muy útil, dice, solo eso, se lleva mi padre, mi madre, Amal, siempre piensa en comer y en beber, coge tú la comida, es cosa tuya, él, solo la navajita, ya encontraremos algo en el camino, qué camino… mi padre, su navaja, ella, coge tú dos mantas, si, la pequeña para el niño, mi hermano, que es un bebé, será una semana, hasta el campo de Domiz, allí tenemos conocidos, después ya veremos.