Pederastia en la Iglesia, no más dilaciones
Las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia han decidido dar un paso al frente. Gracias al compromiso de El País y otros medios, también de profesionales, académicos y entidades de la sociedad civil, las víctimas sienten que la sociedad, por fin, está dispuesta a escuchar y acoger en justicia su dolorosa experiencia.
No es más que el comienzo. El poder del que ha gozado la Iglesia en España hace presumir que no va a ser una excepción en este escándalo moral que socava la credibilidad del catolicismo en el mundo.
Ni la sociedad ni los poderes públicos se han hecho cargo hasta tiempos recientes de la gravedad y de la extensión de la pederastia. La escucha de los relatos de las víctimas nos habla de graves y duraderas secuelas. No cabe duda del daño causado a su desarrollo psicológico, familiar y profesional. La pederastia no se limita a la Iglesia, pero en esta tiene una gravedad añadida. Por dos razones.
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Politólogo y teólogo
Director del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao