39.420.000 minutos… de siembra

39.420.000 minutos… de siembra
Escribo estas palabras el domingo 20 de febrero de 2022. Hoy se ha celebrado un acto conmemorativo del 75 aniversario de la HOAC en mi pueblo, Lora del Río.

Más que acto, diría que ha sido un «acontecimiento». Cuando un acto, gesto o acción, por simple o sencillo que sea, es habitado por una vivencia consciente y amorosa, se transforma en acontecimiento, es decir, en una expresión de la Vida que la exalta y la recrea.

Muchas veces he dicho que la escuela no celebra la Vida, sino que la «cerebra». La celebración de los recuerdos es siempre un gesto o movimiento del corazón porque, atendida desde su etimología, recordar es justamente un «volver a pasar por el corazón».

Ha sido un día emocionante, un día de reencuentro con compañeros de viaje y compromiso, un día cargado de reconocimientos y de agradecimiento. De reconocer lo que recibimos de una organización y de las personas que la componen. De agradecer que, sin ellas, no seríamos lo que somos y cómo somos. De reconocer, agradeciendo, que nuestra historia habría sido otra. Y, desde una profunda aceptación de los posibles éxitos y fracasos, aciertos y errores, bendecir cada paso dado.

Los aniversarios se refieren a ciclos que se han completado. Es decir, se refieren también, y al mismo tiempo, a ciclos, caminos o procesos que se inician.

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